El histrionismo tuitero frente a los bolsillos flacos

El histrionismo tuitero frente a los bolsillos flacos

La sociedad argentina asiste por estas horas a lo que bien podría calificarse como un presente distópico, con una realidad asfixiante y de bolsillos flacos, a la que el presidente responde con histrionismo tuitero, pleno de adrenalina y desparpajo adolescente.

Con agravios, descalificaciones y pretendidas ocurrencias, Javier Milei arroja más combustible a un fuego que se alimenta de la escalada en los precios, la pérdida de poder adquisitivo, la ausencia de expectativas, la angustia y las crispaciones.

En ese escenario, confronta con supuestos rivales que están abismalmente lejos de su jerarquía institucional y envestidura. Desproporcionado por donde se lo aborde, el caso de la cantante Lali Espósito se ajusta ello. Pero a la estrategia se le ven los hilos: es mejor que se hable de Espósito que de los bolsillos.

Hace apenas un puñado de días, la Universidad Católica Argentina (UCA) difundió que, en dos meses de administración libertaria, la pobreza pasó del 44,7 al 57,4 por ciento, producto de la devaluación y la disparada inflacionaria. Según el análisis del Observatorio Social (de esa casa de altos estudios), ahora hay unos 27 millones de pobres en la Argentina.

Milei dijo lo que iba a hacer y sabido es que el que avisa no traiciona. Cierto, pero sólo en partes. Entre otras cosas porque, al menos hasta ahora, los destinatarios del ajuste fueron los llamados ciudadanos de a pie (clase media) y no la casta. Casta fue un excelente slogan de campaña, quizá el mejor. Pero perdió contenido, porque parte de esa casta se mudó a La Rosada.

Con razones de sobra y a fuerza de desencantos con el desgobierno de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa que defraudó a sus votantes y propagó las penurias, la expresión mayoritaria de la población decidió cambiar de rumbo y confió los destinos del país a quien venía con promesas de dolarización para dejar atrás el fracaso kirchnerista.

Ahora, dos meses después, la conductora de la Coalición Cívica (CC) Elisa Carrió ensayó su balance. “Las sociedades rotas, resentidas, votan resentidos. Es el primer efecto de los últimos 20 años de la Argentina, de un populismo pseudo izquierdista que de republicano no tenía nada”, dijo entrevistada por Radio Mitre. Y agregó: “De un extremo nos fuimos a otro, de una banquina a la otra”.

Consideró que el plan de Milei consiste en “crear el caos”. “Terminamos en el caos, a lo cual él adiciona esta utopía libertaria. En esto consiste la estrategia política”. También vía redes, Milei alimentó el caos en su disputa con los gobernadores y no sólo llamó chavista y degenerado fiscal al gobernador de Chubut, Ignacio Torres, sino que también lo redujo a la categoría de "Nachito". Torres, quien recibió el respaldo de todos los gobernadores, reclama que le transfieran los fondos que le quitaron “ilegalmente” de la coparticipación.

La relación con las provincias está rota y requiere de una urgente reparación. El país lo necesita, sus habitantes lo necesitan. Se rompió con el naufragio del proyecto de ley ómnibus, tras lo cual Milei desató su furia tuitera, habló de traiciones y dispuso recortes a las provincias. Eliminó tanto los subsidios a los colectivos del interior como el Fondo de Incentivo Docente.

Al amparo de un ejército de troles, Milei busca llevar las disputas al terreno virtual. Pero no le resulta sencillo a la luz de la realidad; entre otras cosas porque la inflación de enero que fue de 20,6 por ciento en todo el país y del 24,5 por ciento en Neuquén.

El culto de Milei al Twitter (en realidad X) tiene tal dimensión que un usuario creó una herramienta para medir a cuántos tuits le pone “me gusta” por día. Pudo establecer que el martes 20 de febrero fue el día en el que más utilizó la aplicación con cuatro horas y trece minutos. En ese período, dio 523 likes e hizo 212 retuits. Ese día el debate nacional giró en torno a una declaración del presidente: “El Congreso es un nido de ratas”, dijo.

¿Le dio algún redito el frenesí tuitero? Podría decirse que no, entre otras cosas porque el gobernador Torres declaró públicamente que no tiene miedo. También porque según un estudio que acaba de difundir el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera Roberto Bacman, Milei perdió 15 puntos de imagen positiva en apenas dos meses de gobierno. La tortilla se dio vuelta y ahora los que opinan mal de él son el 54 por ciento y los que opinan bien el 46 por ciento.

Según el mismo estudio, el 75,9 por ciento de las personas dice que el ajuste lo paga la gente y apenas el 6,7 por ciento cree que lo paga la casta. Las expectativas cayeron y es difícil que pueden levantarse con posteos desde Israel, Roma o EEUU. Se necesitan soluciones reales para problemas reales.

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