La planificación neuquina frente al desequilibrio nacional

La bravata del presidente Javier Milei, quien arremetió contra las provincias luego de que su proyecto de ley ómnibus fracasara en la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación, vino a levantar la guardia en Neuquén (provincia y capital) que -a diferencia de Nación- avanzan en acciones de cara a la sociedad y para beneficio de esta.

La quita de subsidios a los colectivos del interior del país se presenta, desde Nación, como un castigo a los gobernadores por la usencia (o escasez) de apoyo a su proyecto de ajustes y privatizaciones. Pero es, en realidad, un castigo a los argentinos que asisten a la pérdida diaria del poder adquisitivo, producto del proceso inflacionario que ya no es sólo crónico, sino también acelerado. Se advierte desequilibrio, amateurismo y hasta ira adolescente en la toma de decisiones que afectan al país todo.

Los productos, en las góndolas de los supermercados, acusan aumentos diarios. Y se vienen subas en las tarifas de luz, gas, medicina prepaga y cuotas de los colegios privados. Así no hay bolsillo que aguante ni acuerdo salarial que resulte suficiente. Donde el gobierno nacional ve logros, hay economías familiares en crisis.

Es en ese contexto en el que deberán tomarse decisiones, para evitar que ese castigo nacional haga que el boleto de colectivo supere barreras inimaginables (la de los dos mil pesos, dicen) y evitar que no valga la pena ir al trabajo en ómnibus.

Es también en ese contexto, que el gobierno provincial neuquino avanza en dos frentes bien definidos. Por un lado, el externo, que reunió al gobernador Rolando Figueroa con su par rionegrino Alberto Weretilneck, para profundizar en la construcción de estrategias conjuntas ante a las complejidades del escenario nacional. Y, por el otro, el interno con el avance de las medidas tendientes a bajar el gasto político y lograr una mejor distribución de los recursos.

Los mandatarios se reunieron, el viernes, en la Residencia Oficial del Paseo de la Costa y conversaron sobre las represas, cuyas concesiones (a privados, claro) están vencidas y prorrogadas hasta mediados de marzo, por el gobierno de Milei. El argumento provincial es tan conocido como válido: los recursos naturales son propiedad de las provincias y el agua con el que se genera la energía que nutre al país, también. En consecuencia, reclaman compensaciones justas y participación en la administración de las hidroeléctricas. Ese fue uno de los temas de la agenda. Al menos, fue el que trascendió.

Mientras Milei quita y trata de quitar derechos, la provincia transita hacia la equidad. Tal es así que, en la semana, el Instituto de Seguridad Social del Neuquén (ISSN) puso en marcha un plan para mejorar los beneficios, eliminar el plus que los profesionales les cobran a los afiliados. Apunta a lograr que ninguno de ellos tenga que desembolsar dinero en efectivo, al momento de acceder a las prestaciones.

El plan incluye la cancelación de deudas con los prestadores; el compromiso de que las prácticas médicas serán canceladas a los 30 días de presentada la factura; y que las prestaciones profesionales (como las médicas) serán facturadas del 1 al 10 del mes siguiente y pagadas a los 10 días de presentada.

Para evitar el cobro del plus (que los profesionales les exigían a sus pacientes por sobre la cobertura del ISSN), aumentaron los pagos que realiza el Instituto, en el siguiente esquema: 6% en enero, 30% en febrero y está previsto un 10% para marzo.

Estas y otras inversiones -como el plan de becas en Educación y la compra de medicamentos e insumos para los hospitales-, son posibles gracias al plan para achicar los gastos del Estado y eliminar aquellos a los se considera innecesarios. También en la semana, el gobierno de Figueroa aseguró que, con la reducción de la planta política a la mitad, la provincia dejará de destinar unos 32.000 millones de pesos al año (estimado a los sueldos de hoy).

Los que vienen no son tiempos sencillos. Son tiempos del avance de proyectos planificados y evaluados (tanto en provincia como en ciudad) frente a los desequilibrios emocionales de un gobierno nacional que  prometió enfrentar a casta y empobreció a la población.