Neuquén, las PASO y el despelote como lógica

12 agosto, 2023
Neuquén, las PASO y el despelote como lógica

Las PASO mostrarán intenciones y preferencias para octubre, pero, también, posiblemente inicien un camino, un proceso, más allá de que no se elija gobierno el 13 de agosto. Al menos, la sociedad se mirará al espejo, y descubrirá en ese reflejo, en dónde está ubicada la mayoría. Se llegó a este momento con una espiral de complicaciones creciendo constantemente, y oscilando entre la comedia y el drama más atroz. Esa tragicomedia también funcionó en Neuquén, con ribetes de sainete hablado en cocoliche, casi una inmersión de zambullida en el absurdo.

Es que han salido a la luz mediática temas recurrentes, como la inseguridad pública, desnudando procederes y acostumbramientos que van más allá, más profundo, del acostumbrado discurso político del círculo rojo, para calar directamente en la necesitada carne del pueblo a secas.

Un día, por ejemplo, la gente de la gran urbe que integra el Alto Valle, más allá de los distritos diferentes, se despertó con la noticia de un gigantesco atolladero en el límite entre Río Negro y Neuquén. Lo había causado un simple operativo policial, que redujo el flujo del tránsito a una sola mano. Son varios miles de vehículos los que pugnan por pasar entre las 7 y las 9 de la mañana, cada día, así que la serpiente mecánica habitada por gente estrelló su cabeza en los puentes de acceso a la capital neuquina, y dejó extender su largo cuerpo hasta Fernández Oro.

El enojo, la indignación, fue creciendo, cuando se supo que todo había comenzado en una reunión entre hoteleros y gastronómicos con la secretaria de Seguridad neuquina, Marianina Domínguez, en la que se había analizado aspectos de una creciente ola delictiva y vandálica, con epicentro en la Isla 132 del Paseo Costero. Esa reunión disparó la idea de mostrar más la policía, de dar el ejemplo con uniformes en los ingresos y apariencia de controles más o menos sorpresivos, según admitió el propio coordinador policial de Tránsito, el comisario inspector Héctor Pérez.

El efecto fue negativo; este sábado, el propio Pérez admitió que se analizaba, para futuros operativos, hacerlos en otros horarios, no en el momento de mayor flujo de tránsito del día. También volvió a relativizar el resultado concreto que otorgan tales procederes, enfocándolo en la “imagen” de una policía movilizada y presente.

El presidente de los hoteleros y gastronómicos, Joaquín García González, aseguró también el sábado que, retroactivamente, la semilla de acciones en procura de mayor prevención del delito se había sembrado en esa reunión con los referentes gubernamentales; y avisó que esta semana habría otro encuentro. Refrendó que hay una increíble cantidad de hechos delictivos vandálicos en la Isla 132, un lugar de paseo y esparcimiento clave; y que esos hechos ocurren en la madrugada, y que a esa hora no hay policías ni prefectos ni nada más que jóvenes-adultos-niños que se dedican a romper cerrojos de “carritos” gastronómicos para robar un par de botellas o algo apetitoso que encuentren allí. Nada importante, pero sí relevante, si evaluamos los efectos de las medidas “preventivas” y su acento sobre la idea de que el delito y el vandalismo son “importados”; y que el escenario analizado es una acotada superficie a la que sólo es posible acceder cruzando dos puentes.

García González dio otros indicios sobre lo que se habla con la policía y los funcionarios de seguridad: la amable cooperación entre civiles y policías. Por ejemplo, advertir a los turistas que no dejen nada en sus autos cuando descienden frente a un hotel, porque les puede “desaparecer”. Por ejemplo, facilitar y promover la denuncia a la policía para tener la certeza de que ese tipo de hechos no pasará, sin más, al recuerdo afligido, sino que, eventualmente, promoverá algún tipo de pesquisa, de esclarecimiento.

Al mismo tiempo, el gobierno neuquino anunció la colocación de 1.300 cámaras de seguridad nuevas, con “lo último” en tecnología, y la renovación consecuente del centro de monitoreo, con la instalación de una gran pantalla tipo “wall” y tecnología inteligente para instalar en el sistema, con métodos de detección y alarmas que filtren las imágenes y avisen a los (pocos) policías que trabajan en el centro de monitoreo. El sistema estará funcionando durante septiembre, se aseguró este sábado. No tendrá reconocimiento facial, porque no hay legislación al respecto, y sí antecedentes de rechazo a tal posibilidad de la tecnología.

Son ejemplos que muestran, en concreto, qué se está haciendo en el rubro seguridad en una sociedad atormentada, no solo por la malaria económica, sino por la incidencia en ella de sucesos desafortunados a manos de los criminales en ascenso. Hay otros, que, sugestivamente, pasan por las escuelas: el promedio de denuncias por incidentes escolares vinculados a desperfectos y otras cuestiones que ponen en duda rápidamente el simple hecho de dar clases, es de 37 mil al año. Esas denuncias, surgidas de los propios establecimientos, son centralizadas, van todas a parar a la dirección de mantenimiento del Consejo Provincial de Educación-Ministerio de Educación. En solo dos días, hubo 40 llamados por presuntos escapes de gas en 40 escuelas: fue durante jueves y viernes. Todos fueron constatados, y en ningún caso había fuga de gas.

En concreto, este domingo se vota en medio de una sociedad cruzada por el descreimiento y el uso incierto y antojadizo de las instituciones del Estado. Sería muy útil tener en cuenta estas cosas, por fuera de la mecánica del círculo rojo de la política, de las especulaciones de laboratorio, de la danza interesada de nombres e influencias.

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