El gasto estatal neuquino, una incertidumbre

5 agosto, 2023
El gasto estatal neuquino, una incertidumbre

En pleno tránsito hacia el cambio de gobierno, en Neuquén el gasto público “corriente” no afloja. No solo aumenta la masa salarial general, bajo el convenio de actualización por inflación, sino que aumentan otros gastos corrientes (no en obras, no en inversiones, gastos en sostén del aparato estatal) vinculados a municipios, muchos, que no pueden con sus propios presupuestos, y, por ende, reciben dinero del Estado provincial que administra Omar Gutiérrez hasta diciembre, y que, desde el 11 de ese mes, comenzará a ser administrado por Rolando Figueroa.

En julio, por ejemplo, el Estado provincial envió fondos a 31 municipios y a comisiones de fomento (que no reciben coparticipación), por un total de más de 616 millones de pesos. Ese dinero se destinó a las comunas bajo la acostumbrada argumentación de “otros gastos corrientes correspondientes al mes de junio de 2023”, según se escribió en los decretos pertinentes.

Del total, se enviaron más de 429 millones de pesos a 24 municipios, en aportes reintegrables. Esto significa que, al menos en teoría, cada municipio deberá devolver esa inyección de dinero adicional, que ha requerido una nueva excepción al presupuesto provincial. Entre esos municipios figuran Zapala, Villa la Angostura, San Martín de los Andes, Plaza Huincul…es decir, municipios medianos con, se supone, recursos propios ya consolidados. Figura también Añelo, la “capital” de Vaca Muerta, una comuna que, evidentemente, todavía no recauda como para pagar sus propios gastos.

La administración de Gutiérrez envió también aportes no reintegrables, dinero que no deberá ser devuelto al Tesoro provincial. Es el caso de siete municipios, que recibieron un total de 42.145.152 pesos para afrontar “otros gastos corrientes” del mes de junio. Están en esa lista Caviahue-Copahue, Vista Alegre, y Villa Pehuenia. Las comisiones de fomento, que dependen enteramente del Ejecutivo provincial, también recibieron fondos adicionales de refuerzo por el gasto de junio: fueron más de 144 millones de pesos.

Esto ocurre cada vez con mayor frecuencia. De hecho, el Estado viene de un desembolso de un refuerzo millonario para que los municipios pudieran cumplir con el pago del medio aguinaldo, un hecho casi inexorable de los últimos años, distintivo de un modelo que produce un aumento del gasto corriente muy por encima de los recursos, que crecen, pero no en la misma proporción, alimentados por el petróleo y el gas de Vaca Muerta.

Se sabe que hay un ánimo ordenador y austero en la preparación de la gestión que viene, aunque hay mucha reserva en lo que hace a presuntas medidas de acotar el gasto público. Una de las intenciones más o menos manifiesta es la de “descentralizar” la administración pública, como una de las maneras posibles de “distribuir” el gasto estatal en todo el territorio, reforzando su presencia física en municipios que hoy languidecen por escasez de recursos y fuga de generaciones jóvenes migrantes.

Todo se prepara mirando atentamente la evolución del crecimiento de los recursos petroleros. Vaca Muerta ha entregado, esta semana, una noticia buena y una mala. La buena es que hay 11 millones de metros cúbicos de gas que se agregan a la distribución, vía gasoducto Néstor Kirchner, en la zona central del país, por lo que los yacimientos gasíferos pueden confirmar su crecimiento (y generar más regalías para el Estado provincial); la mala, que el “cepo” nacional a las importaciones produce un preocupante colapso en las perspectivas de crecimiento, trabando insumos necesarios para infraestructura técnica que se necesita en los yacimientos. Las dos cuestiones forman parte de la contradicción permanente de un gobierno nacional que dispara hacia los cuatro puntos cardinales sin tener en cuenta que genera fuego cruzado, algo imperdonable en un campo de batalla como es la realidad social y económica del país.

En este contexto, Figueroa sigue recorriendo la provincia apuntalando su poder inicial. En la última reunión que presidió de sus equipos técnicos, dijo que “hay cosas que se han hecho bien en la provincia, como siempre dijimos, especialmente en materia energética. Ahora nuestro rol es generar nuevas oportunidades, haciendo crecer cada localidad”; y que “la única revancha que nosotros podemos darnos es que exista progreso en Neuquén: derrotar la pobreza, que nuestros jóvenes puedan estudiar, y que tengamos mejor salud, seguridad y acceso a la vivienda”.

Es evidente que una distribución mejorada de los ingresos por recursos es apuntada desde el gobierno que asumirá en diciembre; pero habrá que esperar medidas concretas, tal vez alguna legislación novedosa… y, ciertamente, una explicitación profunda de intenciones en un contexto de diagnóstico veraz y descarnado.

Mucho ha despilfarrado Neuquén en la historia de su último medio siglo: más de lo que ha construido. Está a punto, ahora, de aprovechar la última oportunidad disponible para asegurar crecimiento y a la vez progreso, dos cosas que solo serán posible con una gradual, aunque firme, reconversión general de su producción económica.

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