Apuntes sobre otra polarización que viene
Antes del 16 de abril, la puja de campaña era entre quienes vaticinaban una polarización entre el MPN y Figueroa, y quienes aseguraban que la elección se fragmentaría en diversas opciones. Lo que pasó en esa elección confirmó el primer análisis: hubo una competencia apretada, definida por poco margen aunque suficiente; mientras los demás quedaron muy atrás, relegados, condenados por el voto popular a pelear alguna banca en la Legislatura como máxima aspiración posible.
Ahora, con el escenario mudado a Cutral Co, ese municipio signado por la pueblada de 1996 y la larga hegemonía posterior del clan Rioseco, dicen quienes palpitan el día a día del último tramo de campaña electoral que se dará, casi inevitablemente, una nueva polarización, y que será entre Ramón Rioseco y Rubén García. Una polarización comparable a aquella de abril en la provincia, cuando compitieron, en definitiva, la continuidad y el cambio.
Las posibilidades apuntan a esta casi certidumbre, sin aventurar resultado, aunque sí destacando la similitud. Por lo tanto, ha crecido la meditación utilitaria acerca de esa categoría esquiva denominada "voto útil", que suele darse en la realidad cuando el electorado independiente, el que no representa necesariamente la fe en un sector determinado, debate, en soledad o acompañado, cómo hacer para que el voto sirva, y no se derrame en candidatos que no figurarán en el podio.
En la campaña de Cutral Co, el tema polarización o no también formó parte de la discusión conceptual, de los intentos de profetizar lo que ocurrirá el domingo 23. Es parte de las estrategias contrapuestas. Así como al MPN pre-16 de abril le convenía que los votos se dispersaran en varias opciones, para no favorecer la concentración opositora en Figueroa, así ahora a Rioseco le conviene alimentar esa eventual dispersión antes que la consecuente concentración en García y sus colectoras.
Las consultas que se hacen vía encuestas que no se publican -es decir, las que sirven- acrecientan estas preocupaciones, porque indican escenarios de votación reñida, otra vez a semejanza de lo ocurrido en provincia, entre la continuidad y el cambio. Este tipo de escenario siempre preocupa más a quien pretende mantener el estatus quo que a quien osa desafiarlo: uno tiene todo para perder, el otro, todo para ganar.
También hay que tener en cuenta en la valoración previa al dictamen final del electorado, la simultaneidad de los comicios entre Cutral Co y Huincul. Los de Figueroa trabajaron bien, en el último tramo de campaña, la regionalización electoral, juntando a sus candidatos García y Claudio Larraza, poniendo énfasis en una armonía transformadora que saltara los límites del antiguo zanjón, para edificar el concepto superador de una etapa a la que se pretende dar fin. Larraza, dicen los profetas, puede ganar en Huincul con cierta facilidad, pues allí el contendiente principal es el MPN y funcionaría la lógica de abril.
Lo cierto es que hay serias chances de que se cumpla el pronóstico de polarización en Cutral Co; por eso en estos días arreciaron los actos proselitistas, con Rioseco repartiendo beneficios y reclamando fidelidad; y García recibiendo el respaldo de los asociados ilustres de la victoria de Figueroa en abril, como el peronista Marcelo Zúñiga, o la referente del PRO, Leticia Esteves. Lo de Zúñiga es importante, porque el otro peronismo (el derrotado en abril) sigue con Rioseco, y lo que suceda el domingo podrá ser determinante también para la balanza del Partido Justicialista justo antes de las primarias de agosto.
Así las cosas, la expectativa es mayúscula, y confirma que las elecciones del domingo en la vieja "comarca petrolera" tendrán pendiente del escrutinio a todo el círculo rojo de la política neuquina, pues, de seguro, el lunes 24 alumbrará un nuevo equilibrio de poder en la provincia.
