Figueroa, y otro ladrillo en la pared

24 junio, 2023
Figueroa, y otro ladrillo en la pared

El singular cierre de listas nacionales para las PASO del 13 de agosto paralizó, por algunas horas, la política neuquina. Quedaron todos mirando la nueva foto, esa de Sergio Massa durmiendo con el perrito, acompañando la certeza de que finalmente el ministro de Economía será el candidato de la flamante Unión por la Patria. Antes, el ahora candidato oficialista pasará por Washington, acudiendo a la obligatoria cita con el FMI, en procura de volver a sortear una coyuntura cada vez más angustiante. La política, sumergida en su propio frasco, navega en su propio mundo. Ese Waterworld no lo tiene a Kevin Kostner, y tampoco tiene el presupuesto de esa añeja superproducción fracasada. El frasco está a la deriva y la tormenta crece, de a poco, incesantemente, en la cansada sociedad argentina.

Transcurridas las horas desde el sorprendente anuncio que cambió la fórmula inicial, ahora representando plenamente a la Casa Rosada, las figuritas neuquinas volvieron a animarse, a seguir con su rutina. El sector del gobernador electo, Rolando Figueroa, siguió construyendo la nueva casa, ladrillo sobre ladrillo. Superó, como se había anticipado, la pulseada en Plottier; transitó, nuevamente, las calles de una Cutral Co que puede ser el segundo síntoma del nuevo poder que se construye; e instaló, en el diccionario de la nueva era, una palabra, “jerarquía”, que, unido a esa otra palabra, “política”, tiene ese olorcillo característico de las definiciones inaugurales. La “jerarquía política” fue posicionada a la vez como explicación de la superación de mínimas dificultades o desencuentros, y también como grajea a tener en cuenta sobre procedimientos futuros: jamás resignar el nivel alcanzado con el voto, siempre ser consciente de la importancia que eso representa.

Al mismo tiempo, se jugó una carta precipitada por las circunstancias: Julieta Corroza es ya ministro, de un gabinete todavía no anunciado y del que no se conocen más detalles. Se presume que habrá menos carteras ministeriales, para hacer al Estado más simple y menos burocrático. Pero para tener una certeza habrá que esperar a que termine el cronograma electoral del año, que incluye las presidenciales de octubre. El gobierno en formación confía en que tendrá desempeño exitoso tanto en Plaza Huincul como en Cutral Co, los comicios más inmediatos. Tiene fe en Rincón de los Sauces, habida cuenta del acuerdo con los petroleros que prevalecen (tal vez no sea la palabra adecuada) en aquel reducto fortalecido por los yacimientos; también en Villa la Angostura, ciudad en la que hubo un buen desempeño en las últimas provinciales; y, consagrado ya el candidato que quería la vicegobernadora Gloria Ruiz, también en Plottier. El camino hacia una asunción del gobierno fortalecida, estaría, pues, casi asegurado. El “casi” es porque todavía no hay certeza, ya que habrá que esperar a que la realidad demuestre lo que la previsión política sugiere.

También hay que esperar las circunstancias, pues la realidad es cambiante y no se vincula con el frasco de la política, sino que, en todo caso, le impone nuevas condiciones.

El fin de semana, por ejemplo, demostró esta afirmación. Después de años de sequía, el clima retomó una fase húmeda, y llovió como hacía años no llovía. La naciente del río Neuquén y todos sus afluentes volvieron a mostrar la iracundia y la fuerza de sus orígenes ancestrales. Esto, además de obligar a la urgencia de las acciones para mitigar daños, instaló rápidamente en el tapete un tema político que hasta ahora dormía apaciblemente en el pequeño cuarto de los temas olvidados: la construcción de la represa Chihuido I, ese proyecto postergado, único remedio a crecidas grandes del indomable río que le da nombre a la provincia. Es un tema que quedará anotado en la nueva agenda, ya que la cuestión represas, por el vencimiento de las concesiones, ya estaba allí. Chihuido volverá a ser anotado en ese cuadernito de deberes a cumplir hacia el futuro inmediato; tal vez, ahora, con un nuevo empuje, y con otro escenario.

Un nuevo escenario no implica que será más cómodo. La economía argentina está en estado deplorable, y la neuquina, no difiere demasiado. La oportunidad, en un país con moneda casi desaparecida, es crear la aptitud para exportar a mansalva y generar divisas aprovechando las ventajas comparativas. Es una receta que no pierde actualidad, y en Neuquén se está demostrando: por ejemplo, con la exportación de truchas, algo que hace un par de décadas parecía ciencia ficción. Lógicamente, la mayor producción petrolera, gracias también a la posibilidad exportadora, vuelve a ser la gran apuesta para recomponer. ¿Se habrá aprendido la lección del gasto mayúsculo e improductivo promovido desde el Estado? Es una de las cuestiones que sólo se podrá comprobar a partir de la asunción del nuevo gobierno, en diciembre, cuando también estén haciendo lo propio quienes gobernarán el país los próximos cuatro años.

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