MPN sorteó la ruptura, y encauzó una interna que será caliente

27 octubre, 2018
MPN sorteó la ruptura, y encauzó una interna que será caliente
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Comenzó la carrera en el MPN para determinar quién y cómo será el candidato a la continuidad partidaria en el poder neuquino. Serán apenas 30 días de vertiginosa política entre el dueño del título, Omar Gutiérrez, y el desafiante, Rolando Figueroa. Ambos llegan a la ocasión después de una sorda puja, que incluyó negociaciones, tentaciones, aproximaciones, intermediarios, promesas, fracasos, y ambiciones esgrimidas pensando en el futuro de eso que motiva y acucia, los hidrocarburos, la materia prima de la reactivación eventual de la Argentina, meta y la vez principio de cualquier movida hacia el año electoral que se plantee en el país.

“Ustedes viven en un país distinto al país en donde yo vivo”, dijo esta semana, en un almuerzo auspiciado por la petrolera Pan American Energy, el periodista de Clarín, Daniel Fernández Canedo, cuando se le preguntó cómo veía a Neuquén en el contexto. Se refería a las diferencias relativas que hoy muestra Neuquén: más movimiento, más inflación, más dinámica social, más de todo. Si hasta, quizá, hay también una pobreza más cruda, más impactante, y más consumo de drogas, y otros más que molestan. En el corazón de estos “más” está la interna del MPN: un oficialismo que relata la parte linda de la historia, y una oposición que prefiere enfatizar en la parte fea y en la necesidad de hacerla linda.

Rolando Figueroa, quien coqueteó con el misterio todo el tiempo hasta el viernes, sorprendió de entrada con una “tapada” como candidata a vice y compañera de fórmula. Carla Castiglioni es conocida en el ambiente político, no a nivel masivo en la provincia; tiene antecedentes prestigiosos en la construcción institucional, porque fue muy participativa de las reformas que propiciaron, por ejemplo, instituir el Consejo de la Magistratura, del que formó parte. Figueroa se rodeó de conocidos más conocidos en el MPN, y eligió un perfil distinto de acompañante para la campaña. Ha sido una decisión inteligente y poco previsible, que busca, posiblemente, seducir a electores de clase media y particularmente, del área capitalina.

Omar Gutiérrez reafirmó perceptiblemente su condición de liderazgo del sector oficialista. Marcos Koopman no solo es de Zapala, ciudad a la que se le había prometido públicamente integrar la fórmula principal, sino que también es de la usina de impulsó al propio gobernador, el Banco Provincia. Koopman garantiza una “lealtad” que Gutiérrez anheló todo el tiempo del actual mandato, y que a veces se confunde peligrosamente con obediencia, a dos puntas: al propio gobernador, y al ex que todavía juega y mucho, Jorge Sapag.

Entre Gutiérrez y Figueroa habrá en estos días una confrontación que remite a las internas más intensas del MPN. Reconoce diferencias ideológicas, más allá de la habilidad emepenista, que ambos tienen, de camuflar después, si tienen que gestionar, esas definiciones acerca de las ideas en la impiadosa conveniencia coyuntural. Gutiérrez es un confeso desarrollista, que combina esa circunstancia vinculada a la visión sobre la economía apuntando al progreso, con una llamativa y a veces un tanto impostada posición modernista de estar en la vanguardia de las tendencias sociales de la época. Figueroa es, podría afirmarse, un peronista neuquino que ubicó al MPN como la expresión natural del movimiento creado por Juan Domingo Perón y Eva Perón en este territorio; un hombre que no muestra claramente su pensamiento profundo pero que siempre tiene a mano, para esgrimir con facilidad, argumentos de conexión con el pueblo y los más carecientes.

Lo más cercano para comparar en cuanto a la historia emepenista, es aquella interna del año 91 del siglo pasado, cuando Jorge Sobisch compitió contra Sapag-Salvatori enfrentando a quien ahora es diputado provincial, Luis Sapag. Sobisch llegó a la contienda en condiciones de desafiante frente al poder establecido, y se afirmó en el costado más peronista del MPN, que venía de un proceso en el que había predominado  la cercanía con el alfonsinismo y la desconfianza hacia el todavía caudillo riojano Carlos Menem. Sobisch ganó aquella interna, ayudado por el senador Elías Sapag, y fue estigmatizado como un “accidente” partidario, y relacionado con la historia de su padre, Carlos Sobisch, aquel que se permitió “cumplir con la palabra” y volver desde el MPN hacia el peronismo que lo había engendrado.

En aquella época, se vivió el tránsito del petróleo estatal al privatizado; se embolsó un dinero extraordinario por esa privatización, que el MPN aplicó a obras que trascendieron, como las dos multitrochas –ruta 22 y ruta 7- y el puente entre Centenario y Cinco Saltos; se entró en la convertibilidad para salir de la hiperinflación; un tránsito entre la desesperación de una economía desequilibrada y la armonía de una estabilidad que, al cabo, terminó en recesión y en otra crisis, y que Neuquén sufrió también –del 95 al 99 y ya con Felipe Sapag otra vez en el gobierno- con la caída del precio del petróleo y un ajuste que hubo que hacer en el Estado en función de la dramática caída de las regalías.

En esta época, resurge la importancia de la actividad extractiva de hidrocarburos con Vaca Muerta y la aplicación de los métodos no convencionales; Neuquén recupera ingresos que había perdido durante la década kirchnerista, cuando confluyeron la caída de producción con las retenciones al petróleo en épocas de alto precio internacional; y se asiste a una cuarta ola migratoria impactante, en función del crecimiento de esa actividad petrolera, que se apresta a frenar la extracción de gas por sobreproducción ante una demanda que no crece, y de aumentar la de petróleo, de la mano del precio internacional recuperado.

Gutiérrez y Figueroa sintetizan, en estos 30 días, una idea principal: cómo guiar a Neuquén en medio de ese resurgir petrolero; cómo usar la alta renta del Estado que implicará Vaca Muerta. El desafío del MPN, primero, era no quebrarse ante las diferencias, y lo logró encauzándolas en la interna; le queda por resolver el desafío de enfrentar otros programas, otras recetas, del qué hacer con Vaca Muerta. Pero eso vendrá después del 25 de noviembre, y se encaminará hacia el escenario de la batalla del año próximo, cuando, en diciembre, Horacio Quiroga presente los candidatos de Cambiemos, y cuando el peronismo resuelva qué hacer con Ramón Rioseco.

Rubén Boggi

 

 

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