Aprobación para Gutiérrez, y miedo por la economía que va quedando

2 mayo, 2020
Aprobación para Gutiérrez, y miedo por la economía que va quedando
editorial
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El previsto aumento de la tensión entre el aspecto sanitario de la pandemia, y el económico, empezó a evidenciarse, con distintos niveles de crudeza según la geografía. En Estados Unidos, por ejemplo, hubo manifestaciones armadas para volver a la economía plena. Aquí no existe esa cultura armamentista y con pulsión bélica, pero no hay tranquilidad, para nada.

En Neuquén, un sondeo de la cámara ACIPAN marca una expectativa absolutamente tétrica, con cerca de la mitad de las empresas observando un panorama de cierre en el futuro más o menos inmediato. Más de 40 por ciento de esas empresas pasó abril sin pagar los impuestos. Tienen problemas para pagar el alquiler y los sueldos. Se contó en el sondeo también la opinión de las empresas vinculadas al petróleo. No hay diferencias con el resto.

Así, mientras en lo sanitario hay un general reconocimiento a los gobiernos y las medidas implementadas, en paralelo corren rubros de opinión totalmente contrarios. La liberación de algunos presos que han cometidos crímenes execrables para la mayoría –violadores, por ejemplo- motivó también un fuerte estallido de ánimo crítico en la ciudadanía, y una encuesta realizada inmediatamente arrojó como resultado que más del 80 por ciento de la población no está de acuerdo con liberar presos, sean cuales sean las razones que se arguyan desde la Justicia.

Otra encuesta, que midió estados de ánimo de la población, realizada por el observatorio de Psicología Social de la Universidad de Buenos Aires, mostró claramente cómo la cuarentena deteriora, con su prolongación, el equilibrio psicológico de la gente. Juega en este caso la percepción negativa del futuro: el 77 por ciento piensa que la pandemia de COVID 19 tendrá efectos “muy negativos” en la economía de cada quien. Y sólo el 10 por ciento opina que la humanidad se beneficiará con cambios económicos y sociales tras la pandemia.

Esa misma encuesta de la UBA mostró cómo juzga la gente la acción de los gobiernos. El del neuquino Omar Gutiérrez lidera con el mejor porcentaje esa muestra: 88 por ciento lo aprueba. Supera así, ampliamente, la aprobación de Horacio Rodríguez Larreta, en la ciudad de Buenos Aires, con 74 por ciento; y de Axel Kicillof, en la provincia del mismo nombre, que alcanza solo el 67 por ciento.

Más allá del juicio ciudadano, hay una realidad que no necesita de encuestas. La economía se resiente cada día que pasa. La de cada uno, la de las empresas, y la de los gobiernos también. Neuquén no escapa a esta certeza. Ya habíamos comentado cómo se deterioran sus recursos, y si se cruza el dato con el de que más de 40 por ciento de las empresas no ha podido pagar los impuestos, no hace falta indagar muy en profundidad de dónde proviene el quebranto público.

Neuquén comenzará a pagar jubilaciones y salarios el lunes, pero extenderá hasta el 12 ese cronograma. Es decir, irá pagando en cuotas: primero los jubilados, después Salud y Seguridad, después educación, escalafón general, y, por último, la planta política. Esto obedece a dos razones. La primera, es la de la explicación oficial: dividir el pago para que no se produzcan aglomeraciones en los bancos ni en los comercios que recibirán inmediatamente el impacto del consumo generado por la inyección de dinero. También juega en el mismo rubro la coincidencia con los pagos de los planes de asistencia social (unos 40 mil en la provincia). Y, también, está el factor económico. El pago en cuotas dentro de un mismo plazo mensual no hay que desestimarlo como uno de los recursos a los que, obligadamente, deba recurrir el Tesoro de la provincia.

El contexto político acompaña con relativa calma, aunque la oposición en cada distrito irá incrementando su acción, montándose en los niveles de insatisfacción ciudadana. A nivel nacional, y también local, el tema liberación de presos ya mostró esta característica. El manejo de la consecuencia económica de la pandemia servirá también para que la oposición haga su juego y se diferencie.

En esto, se practica lo que cantaban aquellos versos entonados por el uruguayo, inmortal, Alfredo Zitarrosa: ni vos podés darme amor, ni yo puedo darte olvido. Cada quien, oficialista u opositor, se comportará dentro de esos roles inevitables.

Rubén Boggi

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