Las elecciones nacionales y la habilidad del MPN

Para el MPN, no es muy importante quién gane este domingo las
elecciones. El partido provincial ya demostró que se puede llevar bien con las
dos caras de la moneda. Le viene bien un neoliberalismo -para usar el
término en boga- al estilo Macri, y le viene bien un populismo -para seguir
usando etiquetas de moda- de práctica Fernández-kirchnerista.

El MPN, concentrado como está en aprovechar el impulso de
Vaca Muerta, buscará del próximo gobierno una garantía para que este
mega emprendimiento productivo no se detenga. Esa garantía pasa, en buena
medida, por el precio argentino del petróleo y del gas, que no siempre
ha sido el mismo que el fijado (en el caso del crudo) por el mercado
internacional, y varía según los antojos de los gobiernos de turno.

Por esto mismo, el partido provincial busca asegurarse
representación continuada en el Senado. Con Guillermo Pereyra, mejor, pues
de ser reelecto el senador sindicalista, de seguro seguirá al frente de la
comisión de Energía de la Cámara, un puesto de influencia directa en muchas
decisiones, sobre todo, si está respaldado además por el sindicato petrolero
más importante de Argentina.

Para tratar con el macrismo no hubo mayores problemas,
encauzando por el lado de Rogelio Frigerio, con quien Omar Gutiérrez tenía
relación de antes. Si se da el caso de un cambio de gobierno con el retorno
de los Fernández -en el MPN se daba por descontada esta posibilidad, con
referencia en una serie de encuestas con entre 15 y 20 puntos de diferencia- será
el momento para un retorno pleno a los centros de decisión del ex gobernador
Jorge Sapag.

Sapag, casi todo el mundo lo sabe, se lleva mejor con los
peronistas que con los liberales. En esto no hay sorpresas posibles, pues
representa ni más ni menos que la continuidad del enfoque ideológico de su
padre, Elías, acomodado a las circunstancias y con una biblioteca más nutrida para
justificar argumentos y estrategias. La relación del Sapag -y de esa ala
del MPN- con el peronismo es tan fluida y directa que no necesita de
explicaciones. Como tampoco necesita explicarse el por qué del sostenimiento
irrestricto de la independencia del partido provincial, como arma principal
para ganar más poder y construir más desarrollo, en todos los sentidos.

Por lo tanto, si bien para el MPN no importa quién gane este
domingo, no se proyectan los mismos escenarios según sea el resultado de los
comicios. El partido provincial los tiene simulados a ambos. Serán
distintos. De hecho, un retorno del peronismo implicaría cambios políticos
lentos, sostenidos e inexorables en las relaciones internas del poderoso
MPN, que se prepara para retomar un liderazgo, con el gobierno también de la
capital provincial, como el que no tenía desde hace 20 años.

Rubén Boggi