El último tramo de la campaña en la Neuquén de los feroces contrastes

14 septiembre, 2019
El último tramo de la campaña en la Neuquén de los feroces contrastes
gaido bicicleta
gaido bicicleta

Última semana de campaña electoral capitalina. Como suele suceder, se extreman las posiciones, o sea, la comunicación de sandeces cometidas de uno y otro lado. Las redes sociales son el campo de batalla de los conceptos, y las calles, los espacios públicos, la medida física de las posibilidades de movilización de cada uno. El gobierno capitalino no ha dejado de ser gobierno para hacer campaña, y viceversa. Mariano Gaido no ha dejado de usar toda la capacidad de movilización que tiene el gobierno de Omar Gutiérrez: con solo mover el 10 por ciento de la planta política, ya es mucho.

Uno, Marcelo Bermúdez, anduvo repartiendo las tortas (115) del aniversario allá por el Oeste, ese territorio en el que tanto se ha hecho, tanto falta por hacer, y tan esquivo le es a cualquiera que no haga la V de volveremos cada cinco minutos. El otro, Mariano Gaido, hizo otro encomiable esfuerzo físico pedaleando en una bicicleteada que culminó con mates populares cebados alrededor del monumento al general San Martín.

Por las redes, cada quien le intentó contar las costillas al contrincante. Denuncias por aquí, chicanas por allá. El periodismo ya le deja de dar importancia a esas cuestiones de comunicación facilista, de mensaje hipócrita. Pero, las redes no la hacen los periodistas, sino los propios protagonistas del poder. Las redes son la herramienta de los poderosos tanto como la posibilidad de los débiles. Pronto se sabrá quién puede ganar esa batalla no planteada aunque librada, entre la posibilidad democratizadora de Internet y la chance totalitaria que igualmente conlleva.

El MPN pondrá en estos últimos días todo lo que tiene y puede poner en logística y sobre el terreno para ganar las elecciones capitalinas. Las encuestas que ha hecho le dan arriba a Gaido. Otras que no hizo el MPN también. Quiroga y Bermúdez hicieron su encuesta, con la consultora Isonomía, pero han guardado sus resultados en cauteloso secreto. Las encuestas no ganan elecciones, pero lo cierto es que el partido provincial se siente cerca de conseguir lo que se le ha negado en los últimos 20 años. Por ahora no importa más nada que ese afán posible, y se desatan todas las fuerzas, las que se pueden mostrar y las que no, en procura de conquistar la plaza distrital más relevante de la provincia.

Qué se podrá hacer con Neuquén a partir de diciembre de este año, es otro cantar. Gane quien gane, la realidad es que la ciudad creció y seguirá creciendo, en medio de un tembladeral urbanístico que mezcla la belleza impostada por la riqueza súbita tanto como la fealdad indeseada de la pobreza crónica. Mientras se abre el desarrollo y los paseos hermosos en la ribera del río, el agua de las bardas inunda los niveles subterráneos de edificios en el alto. Mientras se prepara la inauguración del complejo hotelero y de departamentos caros más impactante de su historia, se mendiga asistencia de organismos internacionales para tratar de remediar los caseríos miserables de la marginalidad más atroz.

Desde el contexto más realista, no importa mucho quién gana las elecciones, sino para qué las gana el que las gane.

Rubén Boggi

 

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