Hay paridad entre Gaido y Bermúdez: pero esto recién empieza

25 mayo, 2019
Hay paridad entre Gaido y Bermúdez: pero esto recién empieza
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Puede ser el 15 de septiembre, o el 22 del mismo mes. Todavía Horacio Quiroga se reserva el misterio, acotado a esas dos posibilidades. Uno de esos días será el determinante para saber si desde diciembre la ciudad más importante de la Patagonia seguirá con un rumbo político distinto al oficialismo provincial, o si se fundirá en su seno. La opción central estará dada entre Mariano Gaido y Marcelo Bermúdez. Pero los dos saben que no solo jugarán sus intereses aquí, sino los del conjunto del establishment que calcula todo el tiempo qué es lo mejor para Vaca Muerta.

Hay que decir una primera cosa: las encuestas dan parejas. En algunas, Gaido saca una pequeña ventaja. En otras, lo mismo pasa con Bermúdez. Lo que se dice un empate técnico, una paridad, a solo cuatro meses de la definición. Puede haber sorpresas con la tercera fuerza, según termine de definir el MPN, su política concreta, su estrategia: si hace un frente con peronistas, o no. Si solo insiste con el mecanismo de las colectoras. Y cuántas colectoras, y de qué calidad cada una.

Una vez sabido eso, se empezará a saber si la tercera fuerza será el peronismo kirchnerista; o si ese sitial será arrebatado por Jorge Sobisch, que puede, si las circunstancias y la evolución de la situación social así lo quieren, convertirse en una sorpresa electoral encabezando una lista de la Democracia Cristiana. Sobisch mide entre 11 y 13 puntos antes de largar la campaña. Mide mejor en la capital que lo que medía en provincia. Se da esta curiosidad: tiene una imagen negativa muy alta, pero al mismo tiempo, dentro de la minoritaria positiva, un caudal de votos fieles que no muchos dirigentes políticos pueden mostrar.

El peronismo deberá decidir, en su propio seno, si apuesta todo por la capital, o se guarda, negociación con el MPN mediante, para las nacionales de octubre, respondiendo a la requisitoria de sumar la mayor cantidad de bancas posibles para Cristina Kirchner en el Senado. No hay consenso todavía con estas cuestiones. La puja entre el sector que responde a Darío Martínez, y el que persiste con Oscar Parrilli y la intimidad con el círculo rojo cristinista, es evidente. Marcelo Zúñiga, actual concejal y ex funcionario de aquel último gobierno K, arremetió por las dudas, con la consigna de trabajar para la fórmula Fernández-Fernández, buscando liderar la fórmula a intendente capitalino que eventualmente presente el sector.

El MPN mira todo y hace cálculos para determinar con claridad qué es lo más conveniente. Si ve que puede ganar todo, irá por todo. Pero, por las dudas, en ese “todo” hay jugadas que son más importantes que otras. Necesarias. Inevitables. Y compromisos, asumidos con anterioridad, que no le conviene eludir. Los tiene con Macri, pero también con Cristina. Si Gaido, pegado a Gutiérrez más que nunca, consigue abrir una brecha importante con Bermúdez, el partido provincial buscará dar el batacazo capitalino, y es posible que se envalentone para conquistar también las nacionales, sin llevar en la boleta candidato a Presidente. De no ser así, la jugada será otra, lo que no quiere decir que sea menos conveniente para los intereses del poder provincial, aunque admita perder comicios. En buen español, sin adjetivos: el MPN tiene la estrategia de “ganar o ganar”, en función de la gran pieza de negociación que maneja con creciente sabiduría pragmática: Vaca Muerta.

Marcelo Bermúdez, mientras tanto, ha llegado al lugar al que quería llegar. Le costó un esfuerzo considerable, maniobrando en las tormentas de un Cambiemos que, en Neuquén, ya no existe. Ahora tiene por delante todo lo que pueda construir, con mirada amplia, más el respaldo de Quiroga. El Intendente ya decidió la incondicionalidad del respaldo. No vetará posibilidades, ni estrategias que ya han sido consensuadas. La principal es la de poner mucho énfasis en el aspecto más social, en el desarrollo humano de la política capitalina. De alguna manera se entiende y se acepta que ha flaqueado el actual gobierno en transmitir un contenido humano en tanta obra, tantas toneladas de cemento y hierro.

El pesar por lo pasado intentará disimularse. Igual que los reproches. Quiroga reniega porque obras tan importantes como el metrobus, se cuestionan por aspectos mínimos que eran (y son) fácilmente solucionables. Lo que más le atormenta es el incumplimiento (una vez más) de los plazos, derivados de las restricciones presupuestarias nacionales.

Bermúdez buscará gambetear esas inconsistencias. Mirará para adelante, y se afirmará en lo positivo, que tiene, y bastante, la actual gestión.

Enfrente, Gaido confía en la fuerza de un MPN que atraviesa el mejor momento, impulsado por un exultante Gutiérrez, que, por primera vez desde que asumió, vive una primavera sin problemas graves, en medio del otoño agonizante, y de los nubarrones invernales que molestan a Macri. El “Winter is coming” de Game of Thrones no aplica para el optimismo provincialista.

Su trono está a salvo, ya no depende de elecciones… hasta el 2023.

Rubén Boggi

 

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