El conflicto, Sapag, los K y Quiroga

7 septiembre, 2012
El conflicto, Sapag, los K y Quiroga

Pasó la primera semana de la difícil transición que comenzaron a transitar el gobierno de Jorge Sapag y los sindicatos estatales. De la distribución fácil de los recursos abundantes, a la billetera cerrada de los recursos escasos, el camino no será fácil y, a juzgar por la retórica utilizada, tampoco será muy pacífico.

Los sindicatos cumplieron su primera fase de prueba. Hicieron paro, movilizaron en las calles, cortaron rutas. Fue una experiencia piloto, para chequear la reacción ciudadana y política. El gobierno se mantuvo expectante, solo haciendo lo indispensable: alguna que otra declaración, siempre previsible, sobre la legitimidad del mandato popular y la ilegitimidad de los métodos violentos.

Los sindicatos insistirán en el rumbo hacia una protesta mayor. Esta semana, el jueves, se suman los docentes con una huelga de 24 horas. Esto agregará tensión y sumará dolores de cabeza, porque una escuela parada impacta más que una oficina burocrática que no atiende al público.

El espectro político eligió la coyuntura para referenciarse rumbo al 2015. Así, el intendente capitalino, Horacio Quiroga, salió a decir que si había cortes de ruta era porque había un gobierno que permitía hacerlos. Dejó entrever con bastante claridad que en el hipotético caso que él gobernara la provincia, no lo permitiría.

Enseguida hubo una reacción anti-Quiroga que provino del ala kirchnerista, que incluye al propio gobernador Sapag. El mandatario se manifestó molesto por esas declaraciones, y ratificó que siempre obrará con prudencia y respeto hacia las manifestaciones de protesta. Y que cuando éstas se transformen en ilegales, pues será la hora de otro poder del Estado, el Judicial.

Desde el kirchnerismo municipal, el bloque de concejales del Frente para la Victoria cruzó a Quiroga con rasgos gruesos. El concejal Ariel Kogan dijo que el Intendente sería un buen jefe de la DESPO (el grupo policial especial que se ocupa de motines y otras yerbas). Lo comparó con un personaje de historieta caro a la Patagonia: el cabo Savino. Y sostuvo que sólo le faltaría, a semejanza de Mauricio Macri, instalar un 0-800-Piquete, que podrían usar supuestamente los “buchones” antipopulares.

Quiroga, así, consiguió una primera victoria política relativa en medio de este debate: consiguió que hablaran de él en referencia a un problema provincial. Fue reconocido como eventual adversario en la carrera por la gobernación, apenas a 9 meses de haber asumido como Intendente.

Más allá de este detalle de lectura política, el conflicto empezará a teñir todo. No será un final de año fácil para el gobierno, ni para los sindicatos, y mucho menos, para los ciudadanos de a pie, que ven cómo se complica la provincia y el país, sin que al parecer nadie pueda hacer nada para impedirlo.

Rubén Boggi

 

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