Figueroa ya construye poder más acá del poder

29 abril, 2023
Figueroa ya construye poder más acá del poder

Mientras el MPN hace una soterrada revisión de lo ocurrido, buscando la incierta paz de los derrotados, la ecléctica coalición del ganador, el gobernador electo Rolando Figueroa, maquina el qué hacer a partir del 11 de diciembre, esa lejana fecha que lo verá en funciones. El período otorga unas largas “vacaciones” plenas de placer, ya que no hay mejor etapa para quien gana una elección que ese período que transcurre entre el día del triunfo y el día de la asunción en los cargos... una especie de limbo sin pecado, propicio para imaginar realizaciones sin realizar (todavía) nada.

El mecanismo de transición entre el gobierno que se irá, el de Omar Gutiérrez, y el que comenzará, comenzó a instrumentarse rápidamente. Es la primera vez, desde que se instituyó, que tiene un sentido concreto, pues esta vez no hay continuidad del MPN, sino cambio, más allá de la relatividad que implica la extraordinaria singularidad neuquina dentro del panorama político nacional. Se reunieron frente a frente, con gestos de amabilidad, el representante del gobierno Sebastián González, y quien representa a los que están por entrar a jugar en primera, Juan Luis Ousset.

El 15 de mayo se concretará el segundo encuentro entre ambos, ya con la línea gruesa de los principales temas esbozada. El mecanismo sirve en la medida que quienes dejan el Ejecutivo hagan un informe completo de la real situación, lo más sincero posible; en definitiva, Rolando Figueroa sólo necesita de este trámite político-administrativo tener un horizonte certero de cómo está el Estado, sin eufemismos ni picardías disimuladas: deberá meter mano firme de entrada, pues el aparato estatal está minado de trampas burocráticas, construidas incluso sin intención aviesa, como parte de un proceso que alguien, equivocadamente, pretendió eterno.

En el MPN todavía en la cumbre del poder, sólo quedó en pie, incólume, el intendente Mariano Gaido, fortalecido de manera casi extraordinaria por la amplia ventaja conseguida en la capital. Tal vez nunca imaginó esto el propio Gaido, ver y sentirse como un emergente claro para el futuro de su propio partido, el hombre no contaminado por las aguas pantanosas de la derrota.

¿Será el intendente capitalino un puente que facilite la construcción post elecciones de Figueroa, o un abismo que le restará acceso a un rápido mayor poder en el liderazgo incipiente que supone el resultado de las elecciones del 16 de abril?

Es pronto para sumar dos más dos y concluir cuatro: las matemáticas se relativizan en el ejercicio sinuoso de la política. Es razonable proyectar que estos meses que transcurrirán hasta llegar a diciembre servirán para ir perfilando un gobierno provincial armado desde la innovación poderosa que otorga el haber vencido al presuntamente invencible. En ese proceso, que no será lineal, Gaido podría ser una pieza importante. Figueroa está, aparentemente, lanzado hacia el nuevo liderazgo; es decir, construir poder más allá del que consagra el resultado electoral en sí mismo. Por ende, no desdeñará nada sino que buscará seguir sumando, todo lo que pueda, pues ahora está mucho mejor posicionado que cuando era solo un aspirante a la gobernación.

En esa construcción, que se hará respetando la Ley de Gravedad, es decir, comenzando desde la base y no desde el techo, habrá una inexorable migración hacia las filas del nuevo gobernador de figuras conocidas o ignotas del propio MPN; y se consolidarán las principales alianzas que conformaron la coalición en la competencia. Si bien algunos agoreros pronostican una rápida diáspora, es difícil que se eche a perder lo que, en principio, funcionó; y hay experiencia suficiente como para mantener unidos, en el trabajo concreto, el agua con el aceite, o sea, el PRO con el kirchnerismo. No hay que exagerar ni agotarse en desmesuras gestuales ante una realidad que ya ha funcionado, bajo la advocación poderosa del poder político concreto.

Claro que, en estos días tempranos, ya hay ansiosos que tienen un gabinete probable elegido. Lo cierto es que Figueroa se tomará el tiempo necesario, pues el primer equipo será, fatalmente, el más importante de aquí hasta el máximo probable, que se proyecta a no menos de 8 años. Cualquier ministro elegido antes de tiempo puede sufrir un proceso de desgaste evitable solo con sostener un mínimo misterio por unos cuantos meses.

Figueroa, en tanto, comenzó su recorrida de agradecimiento. Recorrió la zona norte de la provincia. Los más entusiastas compararon el suceso popular con lo que sucedía cuando llegaba Felipe Sapag, o Jaime de Nevares, a cualquiera de esas localidades con pocos pobladores y mucha tradición, propensas a la emoción compartida.

Estos meses se usarán para ir construyendo una figura abstracta, mítica, en el imaginario neuquino. No está mal, es comprensible, mucho más en un país en el que agonizan instituciones y discursos a la par. En diciembre comenzará la áspera realidad, esa que no da mayor margen para las celebraciones; por ahora, la luz de los vencedores agita banderas llenas de mística, casi con religiosidad. Tal vez porque se necesitará mucha fuerza para alinear, en un mismo proceso, el crecimiento con el desarrollo, en una provincia que hasta ahora ha dilapidado sus mejores oportunidades.

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