El sprint final… ¿Y después?

7 abril, 2023
El sprint final… ¿Y después?
Mariano Gaido, Marcos Koopmann y Omar Gutiérrez: el sprint final.
Mariano Gaido, Marcos Koopmann y Omar Gutiérrez: el sprint final.

Aceleración repentina y poco duradera que hace un corredor para conseguir la máxima velocidad posible, generalmente al final de una carrera, para imponerse a sus adversarios, dice la definición del vocablo sprint, y calza perfectamente en la conducta de al menos dos de los candidatos con más chances para ganar el gobierno, que conducirá Neuquén a partir de diciembre.

El resto mirará de abajo, fatalmente, a Marcos Koopmann y Rolando Figueroa. No es una predicción, sino simplemente la lectura de un escenario político que tomó rápidamente forma a partir del cisma producido en el MPN, el más importante (¿el único?) de su historia. Ese hecho político protagonizado por Figueroa determinó casi todo. Provocó un quiebre en Juntos por el Cambio, combinado con la ansiedad divisoria del oficialismo emepenista; quebró también al Frente de Todos, con la escisión de referentes importantes como Marcelo Zúñiga y Soledad Martínez. La irrupción pseudo liberal de Carlos Eguía con el sector de Javier Milei también fue una consecuencia de aquel cisma en el seno mismo del poder que ha gobernado seis décadas.

El remezón multiplicado del terremoto original sólo se explica por la singularidad de ese nuevo escenario político en Neuquén, muy breve en el aspecto temporal, pero muy profundo en significancia. Condujo a una polarización indudable, que atraería a la mayor cantidad de votos de los ciudadanos neuquinos. Si se lo enfoca con esa posibilidad, muy probable, podría leerse que el MPN, no formal pero sí pragmáticamente definido, tendrá, dividido, más votos que los que podría tener si no hubiera habido cisma; en una circunstancia que lo marcará como nunca antes, pues ya no será lo mismo, gane Koopmann o gane Figueroa.

Esa posible cantidad de votos que se obtendrá sumando lo que está dividido, será tal vez la característica principal del escenario post elecciones del 16, pues indicará una mayoría relativa, la primera mayoría de la historia neuquina que será más virtual que real, y que, el próximo gobernante, podrá o no utilizar para fortalecer los primeros tiempos de su gestión, según sea lo que haga en los largos meses de la transición entre abril y diciembre.

Pero el enfoque formal también podrá ser utilizado y manejado por la comunicación política. Ese enfoque, que es el que se está haciendo desde los análisis nacionales, lee la posible victoria o derrota del MPN, al considerar que el cisma producido por Figueroa es terminal, y que la masa de votantes que moverá el actual diputado nacional tendrá independencia, sea con victoria o con derrota, dejando en cualquiera de los dos casos al MPN “formal” (lo que Figueroa y compañía nombra como “los azules”) en una posición de inédita debilidad. “Sólo hace falta, en estos escenarios (de desgaste por larga permanencia en el poder), que, frente al oficialismo, se pare un rival fuerte” para que ese oficialismo tambalee, ha dicho, palabras más o menos, el analista y columnista de LN+, Jorge Giaccobe, en declaraciones al programa “Pórtense bien”, ratificadas después, con alusión expresa a Neuquén, en el programa de TV porteño que conduce Jonatan Viale.

Así, lo que importa o debería importar a la ciudadanía neuquina, más allá de quién gane, es lo que pasará después de las elecciones. Por eso, el sprint final es interesante, aunque breve; mientras que el resultado de la carrera será duradero, y determinante, para una provincia que está nuevamente instalada en un escenario muy promisorio. Hay una advertencia aquí, que ronda por las cabezas más lúcidas: no es la primera vez que Neuquén enfrenta un panorama de despegue. Lo ha tenido al menos dos veces en su corta historia; y las dos veces lo ha desaprovechado, fugando las divisas de los hidrocarburos hacia las empresas y el propio crecimiento estatal, sin lograr convertir a su territorio en una economía diversificada y sustentable.

Esto está presente con mucha fuerza en el escenario del imaginario colectivo. Tal vez por eso, todos hablan de cambio. El propio MPN “formal” lo ha enfatizado, con dos decisiones muy claras en sus últimos días de campaña: acentuar el rol del intendente Mariano Gaido, quien va por su reelección, como figura que encarna esa acción de cambio (la ciudad); y enfocar en el candidato a gobernador, Marcos Koopmann, la comunicación de los cambios (positivos) que vendrían con un nuevo gobierno del partido provincial.

En concreto, a los fines prácticos de la importancia de las elecciones del 16 de abril, puede afirmarse que lo que decidirá la ciudadanía no es acerca de una competencia entre conocidos referentes de la política local, sino el destino de este siglo para la provincia en la que han elegido vivir.

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