No te olvides de la gente, Neuquén

Natalia, este jueves, llevaba su sexto día sin agua. Seis
días comprando agua, penando para mantener en condiciones el baño, comprando
comida hecha o comiendo sanguchitos, porque cuando falta el agua, parece
mentira, te falta todo. Como Natalia, miles de vecinos de Neuquén, de la
zona centro oeste de la capital neuquina. Un problemita que el EPAS encontró
dificultades para ubicar y reparar. Natalia se animó a hablar por radio. Al
rato, llegaron camiones con agua al barrio, para repartir. Seis días, en
medio de tantos discursos del progreso y la felicidad y la justicia que ya
llega.

Javier anuncia, por la radio, que el refugio Cura Brochero,
en la capital neuquina, estará cerrado en la semana de las fiestas. El
refugio alberga a personas “en situación de calle”, un eufemismo para describir
a aquellos que no tienen dónde vivir, dónde comer, o qué comer. Tiene
lugar para 36 personas, y casi siempre está lleno. Hay días que tienen que
rechazar gente porque se llenó el cupo. El refugio es atendido por
voluntarios, que son pocos. Y por algunos empleados del Estado, asignados allí.
Ese es el motivo principal del cierre: tienen asueto esos empleados,
dispuesto por el gobierno. Esto quiere decir que estas personas “en
situación de calle”, quedarán más desprotegidas que nunca justo para las
fiestas de Navidad y Año Nuevo. Cuando todos celebran, estos, que se jodan.
Javier explica que se hace así desde el 2017, año en que se abrió el refugio. Javier,
al mismo tiempo, convoca a la gente para que se anoten como voluntarios. Dos
horas por día. Para ayudar un poco. Son 36 personas que tampoco entienden
los discursos del progreso y la felicidad y la justicia que ya llega.

Hay muchas más de estas pequeñas historias, que tienen la
cualidad de mostrar la realidad sin el velo de la ideología o la política
distorsionándola, acomodándola, poniéndole la carcasa de un decorado de
Hollywood a una vida que nunca es perfecta, que dista mucho de ser perfecta,
porque en medio de la abundancia, se retuerce la pobreza, y en el centro
de la alegría, hay alguien que sufre y llora el desamparo.

Hay muchas de estas historias, y escribo solo dos pequeños
ejemplos cotidianos, dos alusiones a sendas notas que se hicieron, como al
pasar, en el programa Afilados, por AM 550 y 24/7 canal de noticias.

Escribo para pedirle a Neuquén que no se olvide de la gente. Que está muy bueno el desarrollo, el progreso, la formación geológica de más de 30 mil kilómetros cuadrados, guardando como en un bolsillo generoso las mieses petroleras, para un presente y un futuro que inevitablemente serán mejores. Pero cuidado, que pueden ser mejores solo para algunos. Y deben ser mejores para todos.

Rubén Boggi