El liderazgo de Figueroa, en el escenario de moldes rotos

El liderazgo de Figueroa, en el escenario de moldes rotos
Los gobernadores, en El Messidor
Los gobernadores, en El Messidor

El vértigo que Javier Milei le imprimió a su presidencia en este primer mes de gobierno, hizo que los tiempos se precipitaran y que se revisaran todas las metodologías, herramientas y anticuerpos utilizados hasta el momento. El desafío fue (y es) muy grande para los gobernadores, sin distinción de ideologías o de banderías políticas. Y es en ese complejo escenario, en el que Rolando Figueroa se constituyó en pieza clave de una estrategia que viene a romper moldes para afrontar -valga el juego de palabras- un escenario de moldes rotos.

La cumbre de gobernadores patagónicos en la residencia oficial del gobierno neuquino (El Messidor, Villa La Angostura) es claro ejemplo de ello. No sólo por la decisión declarada de enfrentar cualquier intento de avance nacional sobre los recursos provinciales (como de hecho los hubo), sino también por el posicionamiento político.

El bloque está compuesto por gobernadores pertenecientes a distintos sellos partidarios que decidieron poner en marcha una cruzada regional, a la que le imprimieron un impulso que no registra precedentes. La defensa de los recursos pesqueros fue una prueba de fuego y la del petróleo y gas es otra. Todo en tiempos inflacionarios y de disputas nacionales signadas por el proyecto de ley ómnibus (paquete de ajuste) y el decreto de necesidad y urgencia (DNU), ambos de Milei.

El jueves de cumbre, El Messidor fue testigo de una conferencia de prensa en la que el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, resumió sin más vueltas la voluntad política del bloque: “Nosotros representamos más de la mitad de los dólares que se generan por exportaciones, y no puede ser que haya un gobierno que avance de manera inconsulta en temas que impactan directamente en las economías regionales, y en la calidad de vida de cada uno de los patagónicos”. Un dato no es menor: Torres es del PRO, como varios de los funcionarios de primera línea del Gobierno nacional. En la misma conferencia, Figueroa reforzó el concepto al expresar que los gobernadores de la región (incluido el de La Pampa, Sergio Ziliotto) comparten una premisa innegociable: la exigencia de “respeto hacia los dueños de los recursos naturales”; es decir, hacia las provincias.

También se supo que los próximos e inmediatos pasos son la construcción de agenda con legisladores nacionales (los proyectos ya se debaten en el Congreso de la Nación) y la convocatoria a una reunión de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI), para el próximo miércoles, a las 15. Esta convocatoria tampoco es un hecho menor, ya que ampliará los alcances del proyecto federal nacido en la Patagonia y lo llevará a otras latitudes, por la simple razón de que también la integran Mendoza, Salta, Jujuy y Formosa.

Respecto de la representación en el Congreso, durante la intensa semana que está a punto de terminar, hubo un hecho que contribuye e ilustra al respecto: la alianza entre Figueroa y la senadora Lucila Crexell, ambos formados en el MPN, pero desencantados por los manejos partidarios de los últimos años. Las coincidencias entre la legisladora y el gobernador de Vaca Muerta ya se conocían, pero el momento -que nada tiene de casual y mucho tiene de mensaje- es más que oportuno. Hoy cada banca, cada voto, es mucho más que fundamental, porque lo que se define es nada menos que el futuro.

En medio de todo esto y mientras El Messidor se preparaba para concentrar las miradas del país, surgió la declaración de los intendentes del MPN que le pidieron a Figueroa que analice la posibilidad de aceptar una eventual candidatura a la presidencia del partido. Entre los muchos firmantes estuvieron Carlos Koopmann, de Zapala y Carlos Saloniti, de San Martín de los Andes.

Figueroa es el líder natural, de eso no hay dudas. Pero una cláusula que las actuales autoridades del partido (Omar Gutiérrez y Jorge Sapag) impulsaron para evitar que los enfrentara, lo dejó afuera. Ahora, con apenas un mes de gestión, los jefes comunales expresaron sintonía plena con sus programas, acciones y objetivos de gobierno. Se verá si, con el tiempo, acepta o no. El respaldo es explícito, pero las prioridades por ahora son otras.

Los tiempos apuran y esas prioridades radican en asegurar las herramientas para el desarrollo regional y la defensa de los recursos provinciales, en este escenario de moldes rotos. De eso depende el futuro.

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