Los avances de Figueroa, en un contexto complicado

La primera semana de Javier Milei fue complicada. Hubo una escalada brutal en los precios de los alimentos, también de los combustibles y de los bienes en general, además de la confirmación de la quita de subsidios que disparará las facturas de servicios. El ajustazo llegó acompañado por la puesta en marcha de un protocolo anti piquetes y por la consecuente respuesta de organizaciones y gremios (que de todos modos marcharán); todo en medio de las advertencias de empresas de colectivos, dispuestas a recortar frecuencias por lo elevado de los costos de funcionamiento. El presidente había avisado. Y el que avisa no traiciona. Pero, como dicen las nuevas generaciones, ¡Todo mal!

Aquí, en Neuquén, hubo supermercados que remarcaron literalmente todos los días. Cuando no fue un producto, fue otro. Cuando no fue una marca, fue otra. No hay precios, se dijo. Pero los precios siempre estuvieron. Y cada vez más altos. Y en esa primera semana, de contexto nacional de urgencias y preocupaciones, el gobernador Rolando Figueroa comenzó a desplegar su plan de gobierno, al tiempo que dejó ciertas cuestiones en claro: no va a privatizar empresas del Estado, pero las exigirá al máximo; les va a dar prioridad a las áreas fundamentales (Educación y Seguridad, entre ellas); y va a eliminar los gastos innecesarios, cosa que ya puso en práctica. Hizo ver, eso sí, que encontró una pesada herencia, de deuda social inocultable y de finanzas flacas. Quien lo resumió con palabras precisas fue el ministro de Salud, Martín Regueiro. Lo hizo al ensayar un apretado diagnóstico de lo que asegura haber encontrado: un sistema “devastado”.

Figueroa comenzó a concretar -en acciones- cuestiones que había prometido durante su campaña. Entre ellas, la disminución de los cargos políticos, la revisión de los pases a planta permanente y la erradicación de los ñoquis (que abundaron en los últimos años). En paralelo, envió a la Legislatura el proyecto con el que propuso eliminar el régimen de jubilaciones de privilegio, del que gozan algunos de los integrantes de la clase política.

Los beneficiarios de esos privilegios son ex funcionarios de la administración pública, de la Legislatura y de los municipios, a los que sólo se les exigía un año en el cargo y 6 de aportes al Instituto de Seguridad Social del Neuquén (ISSN) cuya caja, ahora deficitaria, acusó el impacto. Con esos requisitos, lograban una jubilación muy por encima del resto de los trabajadores. Eso es lo que se propuso cortar el gobernador, con la convicción de revertir esta realidad a la que considera injusta (y que de hecho lo es).

La distribución equitativa de los recursos es otra de las prioridades para comenzar a equilibrar la balanza en esta provincia potencialmente rica, pero con cerca del 40% de su población en la pobreza. Esta realidad, sobre la que Figuera se ha expresado en varias oportunidades, inspiró la creación del plan de becas, cuyo proyecto envió a la Legislatura antes de asumir en el cargo, y ya entró en vigencia.

La Ley N 3418 creó el Plan Provincial Redistribuir Oportunidades, destinado a garantizar tanto la formación como la capacitación, desde los 4 a los 35 años de edad. En el caso de los más chicos, promueve la permanencia en el sistema educativo y en el de los más grandes la capacitación con vistas a su inserción laboral en las empresas que operan en Vaca Muerta. El programa no sólo será financiado por el Estado, sino también por compañías petroleras.

Respecto de la Seguridad, el ministro Matías Nicolini dio un claro mensaje que diferencia a sus estrategias de lo ocurrido durante la gestión que acaba de terminar. Dijo que habrá menos policías en los escritorios y más en las calles, pero con la capacitación adecuada. Durante las últimas gestiones, la provincia perdió terreno frente al avance del delito, eso es innegable. Pero el nuevo plan ya está en marcha.

Con estas y otras acciones, la nueva gestión provincial avanza en el camino que los neuquinos decidieron mayoritariamente en abril: el del cambio. Y lo hace en un contexto de la economía nacional que no es precisamente sencillo, sino todo lo contrario.