La herencia y las estrategias de Figueroa

La herencia y las estrategias de Figueroa

En medio de este presente tan intenso, producto de la cuenta regresiva hacia el balotaje y de otros asuntos que hacen a la cotidianeidad, hay un tema del que poco se habla: la herencia que recibirá el gobernador electo de la provincia de Neuquén, Rolando Figueroa. Se sabe que muy a pesar de las producciones récord de petróleo y gas, hay cuestiones por resolver y que varias de ellas se han complicado en esta suerte de vacío, producto de la inacción (en ciertas áreas) del gobierno que se marcha. A un mes del cambio de gobierno, los servicios han declinado eficacia. Se nota, es inocultable. Y el telón de fondo no ha cambiado: pese a las bonanzas gasíferas y petroleras, el índice de pobreza es el 34 por ciento, en Neuquén.

Durante una muy reciente exposición que el ministro de Economía, Guillermo Pons, realizó en la Legislatura -con motivo del tratamiento del proyecto de Presupuesto 2024- la realidad o parte de ella quedó sobre la mesa. Dijo que Neuquén es una provincia “en desarrollo” y que no puede esperar a que su caja se consolide, para resolver con recursos propios “la demanda social” de servicios, obras e infraestructura, para afrontar el crecimiento poblacional.

En su diatriba señaló que el Estado neuquino debe recurrir a “herramientas financieras” para afrontar situaciones emergentes, como el déficit del Instituto de Seguridad Social (ISSN) y el pago de vencimientos de bonos, herramientas sobre las que de hecho ha trabajado la gestión actual, gestora también de las urgencias.

Del mismo modo, advirtió que, a raíz de las actualizaciones salariales según los índices de inflación, se han visto permanentemente incrementadas las partidas en personal. Dijo, con todas las letras, que los aumentos por IPC llevaron a la provincia "a un estrés financiero”.

Los desafíos son grandes. Pero también son conocidos por quienes asumirán el 10 de diciembre y han comenzado a trabajar en ello, ni bien ganaron los comicios de abril. Figueroa y sus equipos valoran los resultados de un proceso de transición que permitió realizar exitosas gestiones frente a organismos de crédito; y trabajan junto a los jefes comunales (en funciones y electos) en los que serán los primeros pasos del nuevo modelo de gestión, que viene con directrices inspiradas en el federalismo y la eficiencia, según se indicó.

El futuro Jefe de Gabinete, Juan Luis Ousset, fue muy claro al respecto. “Vamos a hacer un gobierno en red, donde las definiciones, proyectos y presupuestos van a surgir de estas mesas de trabajo”, dijo. Y agregó: “Estamos trabajando en una propuesta de gobierno federal e integral para cada uno de los municipios”. “Hemos logrado conformar un gran equipo”, sostuvo y explicó que gracias a esta estrategia el nuevo gobierno no arrancará de cero, sino “con un trabajo realizado y eso nos brinda una gran ventaja”. Esta metodología de trabajo es novedosa y no tiene precedentes.

Vaticinar lo que va a venir es imposible. Máxime cuando el futuro del país se debate entre dos modelos tan distintos entre sí, como los que proponen Sergio Massa y Javier Milei, quien dijo que en caso de ser presidente privatizará YPF y venderá Vaca Muerta. De lo que no hay dudas es que Figueroa y equipo supieron cómo utilizar el largo trecho entre las provinciales y el cambio de gobierno, para tornarlo provechoso.

Durante todos estos meses, el gobernador electo no sólo fortaleció su musculatura política y amplió su espacio, sino que además gestionó tanto a nivel nacional como internacional. En el interior neuquino piden agua (literal). Y su viaje a Israel, para para conocer las tecnologías más avanzadas, es claro ejemplo de que ya trabaja en la búsqueda de soluciones. Esto, más el programa de gobierno, la regionalización y la obligación autoimpuesta de llevar adelante una administración prolija, rigurosa y eficiente de los recursos del Estado, genera expectativas en un contexto nacional, por ahora indescifrable.

Te puede interesar
Últimas noticias