Conmoción: encontraron torturada y muerta a una periodista

Griselda Blanco tenía 55 años y era periodista. Había denunciado corrupción policial y casos de mala praxis, en la provincia de Corrientes. El sábado la encontraron muerta en su casa de Curuzú Cuatiá y se creyó que se trataba de un suicidio, ya que -según se dijo- estaba colgada.
Pero este domingo trascendió que el cuerpo presentaba golpes. Y se supo que investigan si fue un femicidio (hay un demorado al que se identificó como Armando Jara) o un asesinato en función de sus denuncias periodísticas. Jara también es periodista y era su ex pareja; se encontraba en la ciudad y no había sido denunciada por ella.
Allegados a Griselda aseguraron que había recibido amenazas por denunciar casos de mala praxis médica. Los investigadores dejaron trascender que había rastros de sangre en el piso, por lo que no se descarta que haya sido asesinada antes de ser colgada de una soga para simular el suicidio. Dada su contextura física se cree en extremo difícil que una sola persona haya podido colgarla. De todos modos, uno de sus hijos aseguró que no estaba colgada y que con seguridad se trató de un asesinato. Como se ve, hasta el momneto hay más versiones que certezas.
El Litoral -un medio de prensa local- informó que periodistas cercanos a Griselda indicaron que había recibido fuertes amenazas durante los últimos días; mientras que el Canal 6 de Posadas señaló que la mujer “tenía roces con las autoridades policiales de la ciudad” a las que responsabilizaba por hechos de corrupción. De hecho había referido a esos roces durante su programa de radio. Así lo acreditaron los audios que circularon esta tarde.
Griselda se presentaba en sus redes como una comunicadora que “informa con la verdad y asiste al pueblo con la solidaridad de la gente”. Su partida generó una enorme tristeza entre sus seguidores -tenía más de 5.000- y la comunidad local, que la admiraba por su compromiso y trayectoria.
Como parte de ese compromiso, venía denunciando desde hacía varias semanas que su amiga, Débora Serrano, había fallecido producto de mala praxis en el Hospital Civil Fernando Irastroza.