Alberto, la grieta y el “honor” del insulto

Alberto, la grieta y el “honor” del insulto

La Asamblea Legislativa que encabezó, este miércoles, el presidente Alberto Fernández, estuvo atravesada por el clima de grieta que desde hace ya varios años (en rigor, décadas) padece el país. En su discurso, el mandatario la emprendió contra los jueces de la Corte Suprema y volvió a cuestionar el fallo que favoreció a la Ciudad de Buenos Aires en el reparto de coparticipación.

Hubo tensión, también abucheos, aplausos, desplantes y hasta cruce bastante áspero de Alerto con el diputado Fernando Iglesias, uno de los más mediáticos del arco opositor. “Soy orgullosamente porteño, pero no puedo ser indiferente al ver las asimetrías que separan a esta maravillosa Ciudad de rincones de la Patria en donde se postergan los sueños de argentinos y argentinas que parecen condenados al olvido. Nosotros no queremos perpetuar tanta injusticia”, expresó Alberto y dijo que el Gobierno está obligado “a poner fin a tanta desigualdad”.

Alberto también aludió a Juntos por el Cambio, especialmente al PRO, y dijo: “No pretendan ahora dar lecciones de institucionalidad y fervor democrático. Nosotros no designamos jueces integrantes de la Corte Suprema por decreto. Tampoco tergiversamos leyes mediante decretos reglamentarios para que nuestros parientes puedan blanquear dinero. Y no son nuestros funcionarios los que se profugan de la Justicia y se aíslan en Punta del Este alegando persecuciones”.

Quien le salió al cruce fue Iglesias (PRO), a quien Alberto le respondió con una ironía: “Es un honor que usted me insulte”, le dijo en medio del discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, en el que Alberto cosechó, además, un tibio saludo de su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. 

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