Decadencia: se llevan hasta los asientos de las bicis

¿Qué más se pueden robar? La pregunta, en realidad una frase irónica que es sobradamente conocida, suele encontrar penosas respuestas aquí, en la ciudad de Neuquén. Ahora la respuesta es “los asientos de las bicicletas de uso público”.

Más allá del precio de mercado de ese asiento, que tal vez pueda llegar a coquetear con la calificación judicial de bagatela -tan irrelevante que no requiere intervención penal- el asunto es el de siempre: la inconducta social, la educación en decadencia y el desprecio liso y llano por los bienes de uso público.

El asunto fue motivo de mofa por parte de quienes advirtieron el faltante en sus paseos de fin de semana largo por el Parque Central, y hasta generó algún que otro debate de ocasión. “¿Se lo habrán llevado para reparar?” Preguntó un optimista. “No creo”, respondió otro más escéptico que también se dijo conocedor del vandalismo a menor y mayor escala, en la zona neurálgica de la ciudad.

Las bicicletas pertenecen al sistema de bicicletas públicas (SiBici), básicamente rodados a préstamo que se disponen para que sean utilizados temporalmente.

“Implica tomar una bicicleta en una biciestación y devolverla luego de un período de tiempo determinado. Es parte del sistema integrado de transporte público de la ciudad. El préstamo y devolución se realiza en las biciestaciones”, explica la municipalidad. Pues bien, si alguien se llevó el asiento, sírvase por favor devolverlo.