El affaire Cervi-Crexell, o el disparate hecho política

30 octubre, 2019
El affaire Cervi-Crexell, o el disparate hecho política
cervi-crexell
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Juntos por el Cambio, en Neuquén, probablemente ya no
exista
. Es a todas luces evidente que ha quedado desparramado entre
opiniones contrarias
. Una parte de la UCR por un lado, otra por el otro. El
PRO aparte, y Nuevo Compromiso Neuquino, en calidad de solitario, como cuando
empezó, y vivía Horacio Quiroga. La Coalición Cívica-ARI, como se sabe, está en
fase de extinción.

Es un disparate para la política seria que ocurra lo que ha
ocurrido. Porque hubo una discusión llevada a la Justicia, entre Lucila Crexell
y Pablo Cervi, por el primer lugar de la Lista. Pero la Cámara Electoral
nacional falló, se fue a las urnas, y el pueblo ya eligió. ¿Qué fue a las
urnas, para consideración de los ciudadanos?
Una boleta con la foto y el nombre
de Horacio Quiroga, fallecido; con Lucila Crexell en segundo lugar, cuando la
justicia había determinado que fuera en el primero; y con Pablo Cervi como
suplente, cuando la Justicia lo había ubicado segundo.

Eso fue concretamente lo que pasó: se les dio a votar a
los ciudadanos una inexistencia
.

Como si esto no hubiera sido suficiente, antes del domingo
electoral, Juntos por el Cambio juró que respetaba la decisión y que así iba a
las urnas. Ese domingo, los principales referentes de la coalición se fotografiaron
con Crexell, en llamativa indumentaria informal
. Se hicieron declaraciones
y todo estaba bien.

Pero no era así. Se acudió, con la representación de apoderados
y el propio Cervi, a la Corte Suprema, con el fin de recuperar esa banca. ¿Para
quién? Para Cervi, y el grupo de fundamentalistas de Quiroga. El PRO no estaba
enterado, dicen sus referentes. Una parte de la UCR tampoco. Más señales de
discrepancia no se pueden mandar, pero se sintetizan en una: Crexell nunca
había sido admitida realmente por el establishment quiroguista
. Estuvo allí
porque Rogelio Frigerio, y Miguel Angel Pichetto, y, en definitiva, Mauricio
Macri, la avalaron, incluso en su calidad de afiliada al MPN.

Entonces, ahora, se escapa la tortuga y la realidad queda en
evidencia, por el arte del absurdo: todo lo que se hizo mal, se pretende dirimir
judicialmente. “La Banca es del sector, no de una persona”, se afirma. Pero… ¿de
qué sector? Porque Juntos, evidentemente, ya debería llamarse “Separados”.

Rubén Boggi

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