El estallido chileno en el espejo electoral argentino

26 octubre, 2019
El estallido chileno en el espejo electoral argentino
Protests in Chile
Protests in Chile

Más de un millón de manifestantes en Santiago de Chile
este viernes. Pérdidas millonarias en dólares por los destrozos de una
semana en la que ardió el país gobernado por Sebastián Piñera. Emisarios
enviados desde la ONU
por la ex presidenta de ese país, Michelle Bachelet,
para investigar violaciones a los derechos humanos. Se contaban 19
muertos.

El caso chileno, una inédita protesta social, ciertamente
impactante porque no fue prevista por nadie o casi nadie, impacta en toda
América, y ciertamente lo hará en Argentina, que este domingo tiene
elecciones
. La agenda de estos comicios, que enfrentan especialmente a
Mauricio Macri con Alberto Fernández, está en todo y fundamentalmente vinculada
con lo que explotó en Chile: la presión sobre los recursos económicos del
pueblo, expresada a través de los servicios que presta el Estado, por sí o por
empresas privadas que reciben en concesión ese servicio
.

Lo que sucede en Chile ha sido enfocado desde los dos
extremos de la interpretación
: así, se la califica como “la peor protesta
social” de un lado, y como un preámbulo a la revolución popular y a la caída de
Piñera, las recetas liberales y el sistema de jubilación impuesto por la
dictadura de Pinochet, desde el otro. En Argentina, quienes esperan el triunfo
del kirchnerismo el domingo lo vinculan con la justicia que llegará para
encauzar el descontento
, que en Chile explotó sin cauce y sin que nadie, al
menos por ahora, reciba ese rédito para erigirse en comandante de la nueva
situación política.

¿Se subirá la sociedad argentina, mayoritariamente, a la
exaltación de lo opuesto al modelo chileno, sobre la base de un presunto
fracaso de aquel “éxito” trasandino
? En todo caso, en Argentina se debería
tomar conciencia plena de que nunca, el problema, ha sido económico, sino
que siempre, siempre, ha sido político.

Visto desde este enfoque, el dilema nacional, que las
elecciones del domingo no resolverán, es que el macrismo o lo que representa
(el no-peronismo), provoca desconfianza hacia adentro, y confianza
hacia el exterior
, o por lo menos, hacia los países centrales; mientras que
el kirchnerismo (el neo-peronismo) genera confianza hacia adentro
-sustentada básicamente en la esperanza de mejoras sociales- tanto como
desconfianza hacia afuera
, precisamente porque los países centrales
descreen de las recetas populistas.

En este juego de pinzas, queda atrapado el pueblo argentino,
frustrado, por ahora, y aturdido por el poderoso mensaje de tanta expresión contradictoria
frente a fenómenos sociales como el chileno,
dueños de una contundencia tan
impactante, como inútiles son las interpretaciones apresuradas acerca de sus
motivos profundos.

Rubén Boggi

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