Las dos caras de Vaca Muerta, por Quiroga y Pereyra

Las dos caras de la actualidad de Vaca Muerta quedaron este martes crudamente expuestas en distintos escenarios. Por un lado, el Lord Mayor de la ciudad, el intendente capitalino Horacio Quiroga, se floreó en un encuentro de desarrolladores inmobiliarios sobre las posibilidades de crecimiento en el rubro que ofrece la ciudad que administra al influjo de los petrodólares; por el otro, el sindicato que conduce el senador Guillermo Pereyra, advirtió contundentemente que se camina por el filo de la tolerancia ante la crisis, y volvió a desafiar con posibles medidas de fuerza (a futuro) habilitando a su conducción a tomarlas, en el contexto de “alerta”.

Quiroga expuso en “Vaca Muerta Real Estate” (si no es en inglés parece que no vale) ante inversores inmobiliarios. “Nos preparamos para lo que viene que es la ciudad del millón de habitantes”, dijo, para sostener que “esta es una tierra de oportunidades. Nosotros como Estado municipal tenemos todas las ganas de promover desarrollo a partir de las inversiones”.

[caption id="attachment_67874" align="alignleft" width="500"] El intendente Horacio Quiroga, en plena disertación.[/caption]

“Quienes estén decididos a invertir en la ciudad de Neuquén tienen que saber que somos un municipio con cero deuda. Vaca Muerta es una tentación y en nuestra ciudad hemos ido generando las condiciones de poner en relevancia la inversión por sobre todas las cosas”, reafirmó Quiroga.

Desde la otra cara del resultado presente de la formación geológica y su explotación no convencional, el sindicato de Pereyra advirtió que las políticas decididas últimamente han provocado incertidumbre, levantamiento de equipos, suspensiones, y han puesto a las empresas de servicio y las Pymes petroleras en general al borde de un desastre.

Los conducidos por Pereyra ponen en escena palabras que no solo el sindicato pronuncia, aunque tal vez otros no las hagan públicas. Hablan, por ejemplo, de cambio de reglas de juego, de destrucción de garantías jurídicas. De eso, precisamente, se quejan las empresas. El gremio lo explicita, desde el costado de las consecuencias más inmediatas, que amenazan, ciertamente, a los trabajadores.