Se cae de maduro

14 enero, 2019
Se cae de maduro
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El viernes pasado, Juan Gaidó, presidente de la Asamblea Nacional Venezolana, se autoproclamó para ejercer la “encargaduría de la Presidencia de la República”. Ni la actual constitución, ni la anterior, ni ninguna otra, reconoce tal categoría. El anuncio de Gaidó, que no fue transmitido por televisión, coincidió con un llamamiento "a esa familia militar que quiere cambio, que quiere lo mismo que nosotros".

Maduro calificó como “golpe tuitero” la asonada de Juan Gaidó. Vía Twitter, la ministra de Servicios Penitenciarios, Iris Varela, aseguró tener reservado un lugar para Gaidó en la cárcel: “Ya te acomodé la celda, con tu respectivo uniforme, espero que nombres a tu gabinete para saber quiénes te van a acompañar”. De hecho, Gaidó fue detenido ayer por algunas horas. El gobierno destituyó a los cuatro miembros del Servicio Bolivariano de Inteligencia que habían arrestado al diputado opositor.

El titular del parlamento venezolano, y toda la Asamblea Nacional, dominada por la oposición, no son reconocidos por el Tribunal Supremo de Justicia, dominado por el chavismo. A su vez, un número significativo de naciones, Argentina entre ellas, no reconocen el nuevo mandato de Nicolás Maduro.

A través de sus redes sociales Gaidó llamó a un cabildo abierto en Caracas, en los siguientes términos: "Asumiendo la legitimidad que me da la Constitución convoco al pueblo de Venezuela, a las Fuerzas Armadas y a la comunidad internacional para lograr la conformación efectiva del Gobierno de transición".

Brasil fue el primer país en dar su apoyo a tal iniciativa. Asimismo, el Departamento de Estado señaló que "es hora de comenzar la transición ordenada hacia un nuevo gobierno", y animó a las fuerzas armadas a "respetar todas las protecciones que la Constitución le otorga a Guaidó". Por su parte, Jorge Faurie, canciller argentino, aseguró que la Asamblea Nacional es la única autoridad legítima en Venezuela.

La crisis institucional se agudizó el año pasado, a partir de la decisión de Nicolás Maduro de adelantar en más de 6 meses las elecciones presidenciales. Los comicios, que por disposición constitucional debían celebrarse en diciembre de 2018, se realizaron el 20 mayo de pasado. A su vez, los principales partidos de la oposición (Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular y Nuevo Tiempo) fueron suspendidos por el tribunal electoral y no pudieron participar de la carrera presidencial.

Sin embargo, no es el descalabro institucional lo que desvela a los venezolanos sino la urgente preocupación por lo que han de comer hoy. Desde hace 40 años, el 95 de los ingresos del país depende de las exportaciones petroleras. Hace apenas 3 años, la nación producía más de 3 millones de barriles diarios de petróleo. Según datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, hoy Venezuela no alcanza a extraer 1.200.000 barriles al día. La dramática caída de la producción, más la baja de los precios internacionales del crudo, explica, en parte, el formidable retroceso económico que vive el país. En 2018, el Producto Bruto Interno (PBI) de Venezuela decreció un 53%. Pavoroso es poco.

Paralelamente, todo el aparato productivo se ha deteriorado o desmantelado. Venezuela, que hasta hace unos años exportaba arroz y pollo a las naciones del Caribe, actualmente importa el 85% de los víveres que consume su población. El presidente Maduro ha puesto a la industria alimenticia bajo el control de los militares. Sin embargo, o precisamente por ello, todos los meses cierra una nueva fábrica de alimentos.

Por si esto fuese poco, la hiperinflación destruye los ingresos de quienes aún tienen trabajo. En agosto, Maduro anunció un aumento de salarios que llevaba el ingreso mínimo a 300 dólares. Seis meses después, la depreciación de la moneda ha licuado ese ingreso que se ha visto reducido a apenas 30 dólares. Venezuela tiene el más alto índice inflacionario del planeta. De acuerdo con cifras oficiales de la Asamblea Nacional, el país cerró el 2018 con un escalofriante 1.700.000% de inflación. Sí, leyó bien.

La espiral de precios enloquece a la población venezolana. El pasado viernes, un kilo de carne costaba 1 dólar; un kilo de queso, 2 dólares, y un paquete de harina pre cocida (la base de la dieta venezolana), 50 centavos de dólar. Se espera que, luego de las medidas que anuncie hoy Nicolás Maduro, los precios de los productos básicos sufran una nueva estampida hacia arriba.

En setiembre pasado, durante una entrevista a un medio ruso, el expresidente uruguayo, Pepe Mujica, aseguró: "Lo que pasa en Venezuela no es culpa de Maduro. La riqueza petrolera, a largo plazo, fue un veneno para la sociedad venezolana porque deformó toda su economía y se acostumbraron a vivir de lo que no producen". Puede que el aviso llegue demasiado tarde para los hermanos venezolanos, pero bien haríamos en tomar nota del mismo acá, en Neuquén. Aprovechar con sabiduría nuestra renta petrolera es un imperativo que se cae de maduro. Como el gobierno venezolano.

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