Contratos sugerentes para la guerra fría entre MPN y Cambiemos
El Estado contrata gente y empresas constantemente: esto no es una novedad. Tampoco lo es que las contrataciones a veces revelan alguna cuestión política. Esto tampoco es novedad, aunque es menos visible, y para detectarlo, hay que tener un cierto conocimiento del paño del que se habla.
Recientemente –en febrero de este año- hubo un ejemplo de estas cuestiones finas que hacen al entretejido político neuquino, que oscila siempre entre la confrontación (que es lo que generalmente se muestra) y la negociación con acuerdos (que se muestra menos).
El gobierno contrató, en el ámbito del ministerio de Trabajo, Desarrollo Social y Seguridad, a 15 personas para cumplir funciones administrativas. Todas ellas recibirían, según el decreto, un salario de poco más de 26 mil pesos. Pero lo que detectó ahí la observación fina de la política, es que varias de esas personas trabajan en cuestiones partidarias con el diputado Mariano Mansilla (UNE), un legislador con posiciones siempre críticas al actual gobierno provincial.
El tema fue rápidamente comentado en el acotado mundillo de los observadores políticos, sobre la base de intentar dilucidar si es una jugada inocente o intencionada, persiguiendo algún propósito vinculado a la construcción electoral inmediata o mediata.
“Es bastante contundente la relación concreta…son gente vinculada a Mansilla”, se afirmó en ese círculo áulico. Y se mencionaron nombres, entre los que asomó rápidamente el de María Alejandra Oehens, actual esposa del diputado de UNE, también activista política en ese sector del espectro ideológico vernáculo, a tal punto que fue candidata en la lista que llevó como aspirante a la gobernación a Ramón Rioseco, en 2015.
También figura entre los contratados Harold Walker Chávez Molina, un colaborador bastante conocido de Mansilla, así como Miguel Angel Quiruga, a quien se lo conoce como socio del abogado legislador. En la nómina comentada, hay dos nombres que llamaron la atención por haber estado vinculados, en situación de contrato, al municipio que gobierna Horacio Quiroga: Miguel Angel Henriquez Borquis y Jaqueline Micaela Henríquez.
De hecho, Henríquez Borquis fue contratado del Municipio capitalino hasta mediados del año pasado, como “asesor de Relevamiento y Control de Actividades Públicas Ejecutivas”: de aquella maraña burocrática, pasó a provincia; mientras que Jaqueline Henríquez pasó a revistar como contratada en el Municipio en el mismo momento y por el mismo decreto que desvinculó a Henríquez Borquis.
Más allá de nombres e identidades concretas, lo que se interpreta desde la política es que hay movidas que persiguen el propósito de construir por un lado lo que se intenta destruir en el otro. Esto, claro, vinculado a la sorda guerra fría que hay entre el MPN y Cambiemos.
