Otra muerte que lastima y enfurece

Murió Roberto Maier, el hombre baleado por ladrones, en su propia casa, en China Muerta. Estaba internado en el Castro Rendón. Había recibido un balazo en el cuello que le afectó la carótida. Fue intervenido quirúrgicamente con éxito. Pero el daño cerebral que le produjo la falta de irrigación fue letal.

Maier, un hombre conocido en la política neuquina, con militancia en el radicalismo, fue sorprendido con su familia el viernes a la noche por tres ladrones que finalmente no se llevaron prácticamente nada. El les hizo frente, y uno, que iba armado, presumiblemente con un revolver calibre 22, le disparó. Corrieron después, se fugaron en la camioneta de la familia, que dejaron abandonada más tarde.

Nada se sabe de ellos. No pareció un hecho protagonizado por profesionales del crimen. Posiblemente, rateros de poca monta que se animaron a más. Posiblemente llegaron al barrio de China Muerta por el río, o por la calle que se ubica en la ribera y comunica internamente con Plottier. Estas eran las especulaciones de los investigadores.

Lo cierto es que un buen hombre ha perdido la vida en medio de la inseguridad que sigue vigente. Sus vecinos convocaron a una movilización, que la muerta de Maier seguramente potenció. Pretenden más seguridad, o por lo menos, más presencia policial. La indignación y el pesar se hicieron oír en la ruta 22, durante un rato, después de las 3 de la tarde.

Nada podrá devolver la vida a Maier. Lamentablemente, ya es tarde.