La escuela en la meseta empieza con contundente gesto político

El gobernador neuquino, Omar Gutiérrez, fue este lunes 22 a la Colonia Rural Nueva Esperanza, ese núcleo urbano creciente que se le instaló a la meseta, desafiando la ausencia de agua, de trabajo, de estructura. Y dejó allí un plano: el de la primera escuela que se construirá con financiamiento nacional en esta etapa.

Más de 300 chicos en edad escolar esperan ese edificio, que podrá estar para el año que viene. Otro centenar ocupará plazas en el jardín de infantes. La sede escolar costará unos 29 millones de pesos. Será un antes y un después para ese barrio, que se edificó a sí mismo con una cultura propia, y actividades que introdujeron la costumbre del criancero en plena jurisdicción capitalina.

Gutiérrez, que estuvo acompañado por la ministro de Educación, Cristina Storioni, ratificó con el gesto lo que pretende sea costumbre en su gobierno: estar en cada lugar en donde haya algo que el Estado construye, construyó o construirá.

“Es otro regalo para el aniversario de la capital”, susurró el mandatario, sin ingenuidad. Cada metro de la capital es propicio para la competencia política que se prepara con intensidad en aumento día por día, apuntando al año próximo.

La Nueva Esperanza, esa colonia empecinada, es un terreno de necesidades muy apto para que el Estado esté presente. A sus ciudadanos no les importará demasiado quién hace tal cosa. Tienen, todavía, un amplio espectro de necesidades a cubrir.