Tinelli no debería ser una cuestión de Estado

27 julio, 2016
Tinelli no debería ser una cuestión de Estado
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Feo lo de Mauricio Macri con Marcelo Tinelli. Se haya charlado lo que sea, el motivo era de por sí una chambonada. Ni el cómico debe ofenderse porque al gobernante no le gusta lo que hace, ni el gobernante debe disgustarse porque a alguien se le ocurra satirizar a él o a su esposa, o a ambos.

Llevar un tema baladí a la categoría de asunto de Estado es un (otro) error. Se supone que el trabajo del Presidente es arduo, y tiene que ver no con las cosas que le pasan a él, sino con las que le pasan al pueblo. Macri fue elegido para gobernar, administrar, servir. A eso debe dedicarse.

Tinelli hace su negocio. Demuestra, con el poco o mucho talento que se le puede reconocer, que es más importante que otros en la supuesta influencia sobre lo que nosotros, pobres ciudadanos de a pie, podemos llegar a pensar. Lo atendió el Presidente. Le dedicó tiempo, argumentos y quién sabe qué más.

Tal vez nunca lo sepamos, y tal vez, es cierto, no tiene importancia como para que lo debamos saber.

La verdad es que es difícil sustraerse de la tentación de criticar una reunión que podría haberse hecho en cualquier otro lugar, en cualquier otro momento.

No dentro de la agenda oficial de trabajo. ¿Una hora perdida para decir después que no entendían por qué se hizo una "bola tan grande" de una boludez como una imitación en la tele?

Hay muchos problemas para resolver en Argentina. Y, al paso que vamos, no le va a alcanzar el tiempo al señor Presidente.

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