Planes sociales: entre fraudes, necesidades y urgencias

Planes sociales: entre fraudes, necesidades y urgencias

El manejo arbitrario y hasta delincuencial de los planes sociales es una calamidad que atravesó a la Argentina y de la que, lamentablemente, la provincia de Neuquén no estuvo exenta. Aquí, parte de la asistencia que debía llegar a familias social y económicamente vulnerables, se desvió en el camino y terminó en otras manos.

Estas y otras maniobras fraudulentas hicieron que la asignación y distribución de planes fuera revisada por el actual gobierno provincial que, ya de entrada, apuntó contra los agentes del Estado que cobraron esos beneficios pese a la incompatibilidad (por tener sueldo de la administración púlica). Al tiempo que se dispuso a eliminar intermediarios; y pidió que la Justicia avance en la investigación de la mega estafa, que tiene varios imputados, además de dos detenidos con prisión preventiva y otro con arresto domiciliario. En paralelo, inició auditorias para detectar posibles irregularidades en el pago del Potenciar Trabajo, programa que (a diferencia de aquellos) es nacional.

El Potenciar Trabajo es objeto de una investigación que lleva adelante el fiscal Guillermo Marijuan y que, según se consignó allá, en Buenos Aires, arrojó revelaciones que indignan y escandalizan. Se dice que el gobierno de Javier Milei estaría en condiciones de ordenar la suspensión preventiva de 160 mil planes que cobran beneficiarios que viajaron al exterior, algunos en autos o en ómnibus y otros en avión y hasta en cruceros. Dicha asistencia suma unos 12 mil millones de pesos mensuales, en total.

El asunto -habrá que ver si también la causa judicial- incomoda, entre otros, a Emilio Pérsico, conductor del Movimiento Evita que, durante el gobierno de Alberto Fernández, fue secretario de Economía Social. Manejaba los planes, parte de los cuales recibía o distribuía la agrupación que lo tiene como referente.

Acá, en Neuquén, el manejo fraudulento de los planes provinciales derivó en una causa judicial por la que se encuentra detenido el ex director de Planes del entonces ministerio de Desarrollo Social, Ricardo Soiza. También aquí avanzan los sumarios contra los agentes de la provincia que cobraron planes y que, llegado el caso, pueden ser despedidos. Ya se dijo que, al mismo tiempo, les iniciarán acciones para que devuelvan lo que cobraron en forma indebida.

En fin. Concebidos para asistir a quienes no consiguen procurarse por sí solos los recursos para satisfacer las necesidades básicas, los planes sociales han sido desvirtuados por un uso discrecional que, en ciertos casos, los alejó de su propia esencia. Hay casos en los que se los otorgaron a quienes no los necesitaban y otros en los que, al parecer, se usaron prestanombres para desviar esos recursos a la consabida caja política.

En septiembre último, la ciudad de La Plata fue escenario de un hecho que arrojó luz sobre las maniobras fraudulentas perpetradas, en este caso, por un puntero del PJ que por entonces recalaba en la Legislatura bonaerense. Julio Rigau, alias Chocolate, fue filmado por las cámaras de un cajero automático mientras retiraba dinero de cuentas de presuntos empleados o beneficiarios.

El sujeto este quedó preso, acusado de -al menos- 177 defraudaciones reiteradas. La filmación lo mostró en un cajero de 7 y 54 (pleno centro platense, a metros de la Legislatura y de la Casa de Gobierno) con 48 tarjetas de débito. El fraude fue, por supuesto, millonario. Tal como también lo fue el que, aquí, les endilgan a Soiza y a otros ex funcionarios de la gestión que terminó el 10 de diciembre.

En el país todo, el daño va más allá de lo económico por el simple hecho de que horada la confianza y hasta conduce a la estigmatización de quienes en realidad necesitan de la asistencia del Estado, máxime en estos tiempos inflacionarios de ajuste y deterioro sostenido del poder adquisitivo. Avanzar en la transparencia de este recurso para despojarlo de las maniobras de la vieja política, es una necesidad y una urgencia, en medio de tantas penurias producto de los crónicos desaciertos de quienes rigen los procederes de la economía nacional. Sostenerlos (depuración mediante) hasta que se generen puestos de trabajo, también.

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