Con escenario fragmentado, el MPN podría volver a ganar en 2019

26 agosto, 2018
Con escenario fragmentado, el MPN podría volver a ganar en 2019
rioseco
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El MPN tendrá posibilidades de renovar su hegemonía el año próximo, si avanza la posibilidad, tal como se está esbozando, de un escenario dividido en cuatro o cinco opciones, que contribuirían a fragmentar el electorado eludiendo una polarización entre el partido provincial y Cambiemos.

Hay dos elementos importantes de la política que están evaluando contribuir a ese escenario, que permitiría crecer a fuerzas que han tenido hasta ahora una representación política acotada al dominio territorial de alguna comarca, y a una pequeña cuota parte en el parlamento provincial.

El primero es Ramón Rioseco. El actual parlamentario del Mercosur acentúa su dominio en la comarca de Cutral Co y Plaza Huincul, con un financiamiento de la política parecido al del MPN, aunque en escala reducida: cuenta con los ingresos del yacimiento El Mangrullo, que acaba de ser extendido en su concesión a Pampa Energía. Esos ingresos, en regalías/dólares, no solo garantizan una administración municipal, sino que aportan excedentes para las campañas semipermanentes.

Rioseco ya se lanzó como candidato, y ahora solo resta esperar si será o no acompañado, en un frente, por el peronismo kirchnerista. Es una negociación que ya está en marcha desde hace rato, pues, como el mismo Rioseco dice, hay “afinidades ideológicas” que no son de ahora. De hecho, Rioseco ya fue candidato por ese sector. Mientras, mantiene alianza con el UNE de Mariano Mansilla, y sostiene cerca al sector de aquel viejo Frente Grande, que encumbrara a los zapalinos Raúl Podestá y Soledad Martínez.

El segundo elemento a tomar en cuenta es Jorge Sobisch. Quien fuera tres veces gobernador de la provincia por el MPN, y calificado como “un accidente” en ese partido por Felipe Sapag, quiere volver a ser candidato, pero no ya en la estructura partidaria, sino formando una coalición por fuera, que utilizaría como herramienta electoral a la Democracia Cristiana, donde anida el también peronista Daniel Baum.

La aspiración de Sobisch es sostener su espacio político con representantes en la Legislatura, algo que se le ha negado desde el MPN, pues el sistema de integración de listas no se modificó y condena a las minorías (aunque éstas sean importantes) relegadas a los últimos lugares, los que raramente ingresan efectivamente a ocupar una banca. El MPN, se sabe, privilegió, en los últimos años, a “colectoras”. Les fue mejor a quienes se embarcaron en esas aventuras circunstanciales que a quienes compitieron dentro de la estructura.

De avanzar en este sentido, el escenario incluiría una participación de al menos cuatro fuerzas, con distintos niveles de importancia en cuanto a la posibilidad de recibir votos, pero eficaces todas en la división del electorado. Hay que contar además que estará la izquierda, y, tal vez, el peronismo no kirchnerista.

Este panorama es el que busca el MPN, que, por otra parte, está dividido entre Omar Gutiérrez y Rolando Figueroa, con pocas posibilidades de resolver esto por otra vía que no sea la confrontación en internas abiertas, lo que volvería a ser un test electoral muy importante antes de las elecciones propiamente dichas. Esto podría darse en noviembre, dicen, para llamar a elecciones generales entre marzo y mayo del 2019. Claro que esto puede cambiar; pero lo concreto es que al MPN lo puede beneficiar la fragmentación, más que a Cambiemos, cuya única chance es montarse sobre la necesidad de alternancia para romper una larga hegemonía que cuestiona la esencia republicana, conectar eso con la coyuntura anti-corrupción, y agigantar la figura de Horacio Quiroga, pues el intendente capitalino, candidato firme a ser el candidato, es el que más votos recolecta de cualquiera de las opciones que se presenten.

Al no tener Neuquén ballotage o segunda vuelta, anunciaría este escenario no solo la posibilidad de continuidad para el MPN, sino también una debilidad tal vez inédita en cuanto a su representación efectiva, porque podría darse que su gobernador fuera elegido con un porcentaje que difícilmente superaría el 25-27 por ciento de los votos.

Estas especulaciones están muy instaladas en las proyecciones actuales, que se hacen en los laboratorios políticos de todas las fuerzas.

Son estas proyecciones, esencialmente, las que pueden cambiar ese futuro probable, pues hay dirigentes que están dispuestos a romper ese escenario excesivamente fragmentado.

¿Qué se espera, básicamente? Lo de siempre: que se resuelva primero la interna del MPN.

Rubén Boggi

 

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