Un reguero de cerveza para explicar otro vuelco: el peligro del alcohol

El consumo de
alcohol y drogas está siempre presente en los incidentes en las rutas. Choques
y vuelcos muy frecuentemente se relacionan con estos consumos, claramente
prohibidos por las leyes de tránsito. En la región, el tema ocupa y preocupa en
las esferas oficiales: la cantidad de víctimas y de pérdidas materiales es cada
vez más grande; y estos factores, se unen a la precariedad de las rutas en sí
mismas, una postal que muestra la decadencia económica argentina.

El domingo,
periodistas de esta multimedia pudieron asistir en vivo a una experiencia que
demuestra estas afirmaciones. En la ruta 40, poco después de Junín de los
Andes, pudieron ver cómo un solitario automovilista conducía delante de ellos
cometiendo todas las transgresiones posibles, incluida la de ir bebiendo cerveza
en lata. El muchacho, joven, bebía mientras manejaba, y arrojaba las latas por
la ventanilla.

Cuando llegaron a
un control policial, denunciaron lo que habían visto. El muchacho había pasado
minutos antes, superando el puesto sin problemas. Los periodistas advirtieron a
la policía de la situación, dieron los datos correspondientes, y siguieron, con
la promesa que el automovilista desaprensivo sería detenido más adelante. A
unos 15 kilómetros de ese lugar, el muchacho de las cervezas volcó. El auto
quedó con las ruedas para arriba, y un reguero de latas de cerveza quedó
diseminado marcando la trayectoria del vuelco. El muchacho sólo presentó un
raspón en un brazo. Venía de una cuadrera, y estaba, evidentemente, borracho.

Las muestras del problema con el alcohol y con las drogas están a cada paso, en la mayoría de los accidentes, y también en la perpetración de otros hechos delictivos. Algo está fallando, algo ha comenzado a producir, hace tiempo ya, este deterioro social, grave y silencioso.

Rubén Boggi