Dimes y diretes de un conflicto político-musical

5 diciembre, 2015
Dimes y diretes de un conflicto político-musical

[caption id="attachment_42529" align="alignleft" width="274"]La protesta en la vereda del cine teatro Español, antes del concierto de la Sinfónica, el viernes. La protesta en la vereda del cine teatro Español, antes del concierto de la Sinfónica, el viernes.[/caption]

La serie de acontecimientos con contexto político variado incluyó en los últimos días una (inédita en Neuquén) protesta sindical por un despido en la orquesta sinfónica. Veamos lo que se ha comentado entre atentos seguidores de las novedades neuquinas:

El viernes, poco antes de comenzar el concierto de la Sinfónica neuquina con la estupenda obra de Carl Orff , Carmina Burana, en el cine teatro Español de la capital neuquina, sorprendió a la gente que llegaba al espectáculo o simplemente pasaba por la vereda de la avenida Argentina, una protesta del gremio Utedyc, que representa a los músicos, entre otros rubros de trabajadores. La protesta se había originado por la situación de uno de los integrantes de la formación musical, intérprete de Corno, Artashes Guloyan, un hombre nacido en Armenia, nacionalizado argentino, que está en la orquesta neuquina desde 2006. Según se informó allí mismo, en la protesta, Guloyan había sido despedido por motivos no del todo claros, al menos para el gremio, que asumió su defensa y pretendió (y logró) hacer pública la situación.

La protesta no impidió que se concretar el concierto, de manera que los primeros acordes de la obra de Orff se mezclaron con las cornetas menos musicales de los sindicalistas que intentaron hacer todo el ruido posible desde la calle. Después, el tema fue motivo de charlas, lógicamente. En alguna de ellas estuvieron periodistas de este diario. Allí se mencionó que la situación en la orquesta es de conflicto, y se criticó la conducción de la sinfónica, que está en manos de Andrés Tolcachir, con dependencia directa de Pablo Bongiovani, titular de la Fundación del Banco Provincia, del que depende a los fines administrativos y económicos la institución cultural neuquina, sin dudas la más importante que se conseguido formar en la historia de Neuquén, con prestigio bien ganado, y con una incursión en el Teatro Colón todavía fresca, que terminó de cimentar ese prestigio a nivel nacional e internacional.

La situación con el músico armenio-argentino parece que viene acumulando tensiones desde hace unos cuantos meses, y ha detonado acusaciones de favoritismo y discriminación para quienes administran la orquesta. Incluso se dijo que Guloyan ha presentado denuncias ante el INADI. Y se menciona una situación anterior, en la –se afirma- se llegó a un episodio de violencia, con una pelea entre músicos en la que las corcheas no fueron simbólicas, sino bastante contundentes. El tema, hasta ahora, había trascendido solo entre entendidos y en voz baja, pero a partir de la manifestación pública del viernes, entró en un nivel distinto y por lo tanto muchas lenguas que estaban trabadas por la prudencia, se soltaron.

La mayoría de los presentes en la charla de la que participaron periodistas de este diario juzgaron la situación como poco feliz, y potencialmente peligrosa, en cuanto puede minar la continuidad de un grupo que trajinó con trabajo y armonía general un trayecto importante de la historia cultural neuquina de la última década. Hay que tener en cuenta que la Sinfónica, creada primero como orquesta de cámara por Naldo Labrín, después ascendida de categoría con incorporación de más músicos e instrumentos, se apresta a entrar bajo jurisdicción del tercer gobierno de su andar político-institucional, ya que comenzó con el gobierno de Jorge Sobisch, avanzó bajo las dos gestiones de Jorge Sapag, y ahora comenzará la gestión de Omar Gutiérrez. Hasta ahora ha tenido dos directores: el primero, su fundador, Naldo Labrín; y el segundo, quien se incorporara primero como adjunto, el actual Andrés Tolcachir. En las dos etapas, la sinfónica tuvo momentos de excelencia, y en general puede decirse que ha evolucionado permanentemente. Por eso, es considerado el actual cimbronazo como un inconveniente que deberá ser resuelto rápidamente, para recuperar un trabajo profesional y humano que apunta centralmente al arte y su vinculación directa con la cultura neuquina. La orquesta es una institución que no solo pone en escena obras musicales de gran jerarquía, sino también una entidad educativa, de formación, y de ejemplo permanente para los jóvenes de la provincia. De hecho, la cantidad de aspirantes a músicos profesionales, con gran variedad de inclinación hacia distintos instrumentos, ha crecido a la par de la orquesta. Ese ejemplo positivo, se comentó en la charla, no podrá empañarse por una circunstancia conflictiva que ya debería quedar superada por la madurez, el diálogo y el objetivo de bien común que se persigue.

 

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