Encontraron un muerto, todavía falta hacer justicia

18 marzo, 2018
Encontraron un muerto, todavía falta hacer justicia
femicidio
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El caso del doble femicidio en Las Ovejas ha tenido, hasta este sábado en el que se encontró el cuerpo del matador de Karina Apablaza y Valentina, una repercusión moderada en la política neuquina. Es probable que, en medio de las dudas sobre lo que realmente ha pasado con Lorenzo Muñoz, se acreciente esa repercusión, con foco en el gobierno provincial de Omar Gutiérrez y en el Ministerio Público Fiscal, el órgano judicial encargado de la pesquisa.

Lorenzo Muñoz, según se sabía en la noche del sábado, murió hace varios días. Si se tiene en cuenta que hacía 23 que se lo buscaba, es un dato importante, aunque no estuviera todavía certificado por los peritos. Lo único que se sabía es que el cuerpo fue encontrado más por el olor que desprendía que por estar visible. El cadáver, en un estado de descomposición ya avanzado, estaba bajo una densa trama de rosa mosqueta. Por allí había rastrillado la policía al menos tres veces. “No lo vimos nunca”, se decía ya en la noche del  hallazgo, y mientras se tejían mil especulaciones.

El cadáver de Muñoz precipitará ahora una serie de certezas. Los peritos sabrán cuándo murió, y cuál fue la causa de la muerte. Se podrá constatar, por ejemplo, si fue cierto eso que se dijo tantas veces, que la policía estaba por detrás, muy cerca, y que se encontraban rastros de que Muñoz había pasado por esas huellas, solo un rato antes de que llegara la patrulla.

La inocente trama vegetal que ocultó el cadáver hasta que fue inocultable, no habrá sido tan densa como las suposiciones y las historias que comenzaron a surgir tras el brutal asesinato de Karina y Valentina. Ese horror estuvo prologado por el abuso, la amenaza, y la consecuente desidia de agentes judiciales, que ahora están investigados a nivel administrativo-penal por el Tribunal Superior de Justicia.

Tal vez se sepa si es o no cierto lo que se ha dicho en estos días, cuando todavía se buscaba a un Muñoz vivo y no muerto, acerca de las actividades presuntamente delictivas que habría protagonizado quien era auxiliar de servicio en el atribulado mundillo educativo provincial. Se hablaba de contrabando entre Chile y Argentina, de asiduos viajes y lugares solo frecuentados por baqueanos. De un tráfico, en fin, del que se sabe más por el lado del mito que de la realidad confirmada, pero que comenzó a pegarse como una lacra más en el horror de una investigación a medias.

Es el contexto político el que recibe el golpe de una verdad aplastante. La inseguridad neuquina no condice con la provincia de la felicidad. La eficacia de los mecanismos institucionales que procuran pelear contra el delito organizado, el narcotráfico, el narcomenudeo, está puesta en duda y tampoco condice con los edulcorados discursos.

Tanto operativo, tanto policía vestido como un marine norteamericano, haciendo gala de intensos rastrillajes y allanamientos que a la postre fueron inútiles, para terminar en un humilde policía de Las Ovejas que encuentra el cuerpo en un lugar que ya se había rastrillado, enciende a la vez el alivio de un previsible final y la inquietud por las circunstancias.

Rubén Boggi

 

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