Apoyo nacional a reclamo de padres neuquinos

Hoy y mañana, desde las 8, integrantes de la agrupación Padres de Río Negro y Neuquén concentrarán en el edificio judicial de las calles Leloir y Entre Ríos (aquí en Neuquén capital), para respaldar a un padre que afrontará un juicio que se inició a partir de una falsa denuncia en su contra.

Las falsas denuncias han sido expuestas en reiteradas oportunidades por integrantes de esa institución, quienes han explicado hasta el hartazgo los perjuicios que sufren los niños y niñas cuando los magistrados interrumpen rápidamente los vínculos, sin verificar o constatar la veracidad de las acusaciones.

Distintas agrupaciones de Buenos Aires vendrán en respaldo de Germán Mauro, el neuquino contra el que avanzó una causa judicial que se inició, asegura, a partir de una denuncia falsa. Comprometieron su presencia en Neuquén referentes del Frente de Mujeres Argentinas, Infancia Compartida, Derecho a la defensa, No más hijos rehenes, Federación argentina de acción por la niñez y Fundación Morelli.

Desde Padres de Río Negro y Neuquén advirtieron que las falsas denuncias de maltrato que se radican para apartar a los padres de sus hijos e hijas, arruinan familias enteras. Desde dicha organización reclaman algo tan básico como “justicia e igualdad ante la ley” y eso es precisamente lo que van a expresar este lunes y martes.

En paralelo, se advierte un empecinamiento de ciertos (y ciertas) actores de la Justicia, que destilan indiferencia y desdén hacia sus básicas obligaciones de hacer cumplir la ley. Desde el 10 de diciembre, el escenario nacional es otro; y, aunque soplan vientos de cambio hacia la igualdad ante la ley, la Justicia de la provincia de Neuquén persiste en las decisiones precipitadas e infundadas con las que perjudican a los menores. Les alcanza con una denuncia falsa para inclinar la balanza, sin mayores preocupaciones por las consecuencias de sus actos, ni sentido de la responsabilidad.

Hace años que el fuero de Familia y la Defensoría del Niño están bajo la lupa por sus decisiones parciales en las que hicieron prevalecer las imposiciones de una “época” (ya terminada) por sobre el interés superior del niño. Hoy la realidad es otra; pero lejos de despojarse de los mandados que los condicionaron hasta arrastrarlos al fango de la injusticia, esos magistrados continúan con sus procederes del manual jamás escrito.