Se sublevaron los mercenarios y avanzaron contra Putin

Se sublevaron los mercenarios y avanzaron contra Putin
Ahora, Putin tiene "un problema en casa"
Ahora, Putin tiene "un problema en casa"

El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió este sábado que castigará la “traición” del jefe del grupo paramilitar Wagner que comenzó una avanzada hacia Moscú. Se trata de mercenarios que le respondían y que ahora se le sublevaron, mientras el régimen ruso mantiene su sanguinaria invasión a Ucrania. La rebelión contra el mando militar ruso fue calificada por el presidente como una “amenaza mortal”, que conlleva el riesgo de una “guerra civil”. Está claro que buscará aniquilarlos. De hecho, ya los atacó con helicópteros.

Putin se dirigió, sin nombrarlo, al mercenario que ahora lo desafía, Yevgueni Prigozhin. “Es una puñalada por la espalda para nuestro país y nuestro pueblo”, declaró durante un discurso dirigido a la nación. “A lo que nos enfrentamos es exactamente a una traición. Una traición provocada por la ambición desmesurada y los intereses personales”, dijo Putin y reconoció que la situación en Rostov era  o es “difícil” (la información no es mucha y las acciones se suceden minuto a minuto).

Esta mañana, el jefe de Wagner anunció la toma del cuartel general del ejército ruso en Rostov, centro neurálgico de las operaciones en Ucrania, y aseguró que controla varias instalaciones militares. El líder de la milicia, clave en la ofensiva militar rusa en el país invadido, afirmó que ingresó a Rusia con sus tropas para deponer al mando militar ruso. Advirtió que tiene 25 mil hombres “listos para morir” por la causa. Varios de ellos se encuentran, ahora, a unos 400 kilómetros al sur de Moscú y se asegura que fueron saludados por ciudadanos que están literalmente hartos de Putin. No obstante, ambas opciones para esos ciudadanos son malas: están entre aquel al que consideran un dictador y uno de aquellos a los que les confió sus trabajos sucios.

Prigozhin tiene una historia particular. Pasó de estar nueve años presos a vender hot dogs en las calles, para sobrevivir. De ahí a manejar los trolls y mercenarios rusos y a convertirse en uno de los más influyentes del régimen ruso. Ahora el Kremlin lo considera el enemigo público número uno.

El grupo paramilitar Wagner, que fundó y conduce el ahora infiel, está acusado de violaciones a los derechos humanos, crímenes de guerra y actos terroristas en diversos conflictos. Pero su despiadado accionar quedó aún más al descubierto con su participación en la invasión a Ucrania. Son criminales de guerra que estaban a la orden de aquel al que llaman tirano.

La rebelión de Wagner comenzó con una serie de mensajes de vídeo de Prigozhin en los que acusaba al ejército ruso de atacar a sus fuerzas. Prometió hacer marchar a miles de sus combatientes para enfrentar a sus enemigos, lo que llevó a las autoridades a acusarlo de insurrección. Los generales rusos publicaron vídeos en los que suplicaban a las tropas de Wagner que permanecieran leales a Putin, pero de poco sirvieron.  Este sábado, el mercenario atacó. Habrá que ver si Ucrania lo aprovecha.

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