Incendio: murió el adolescente que estaba internado

El incendio que redujo a cenizas una vivienda ubicada en Palpalá al 1060 del barrio Don Bosco II de la ciudad de Neuquén se cobró, lamentablemente, la segunda víctima fatal. Este jueves falleció Enrique Pelliza, de 17 años, quien se encontraba internado en el Hospital Castro Rendón. El martes, día del siniestro, había perdido la vida su hermana, Milagros, de 19.

La joven y el adolescente se encontraban en la vivienda a la que -ni bien se desataron las llamas- acudieron vecinos y luego bomberos, policías, agentes de Defensa Civil y, por supuesto, equipos médicos. Los esfuerzos fueron en vano y las consecuencias trágicas. El barrio está consternado, angustiado. Pero también sorprendido por las actitudes que, aseguran, tuvieron la madre las víctimas y su pareja, un pastor al que identificaron como Fermín Torres, dueño de la vivienda que oficiaba de templo y depósito de objetos.

Uno de los vecinos aseguró que escucharon un grito de “te voy a prender fuego”.  Otros dicen que cuando se acercó a la vivienda, lejos de alterarte, el pastor dijo “acá traigo más leña, por si hace falta”. Se desconoce si sabía o no que los jóvenes estaban en la casa.

También este jueves circuló un informe de Bomberos (peritaje) según el cual el fuego se inició desde el exterior de la vivienda y no fue ocasionado por un desperfecto. Es decir, quedaría descartada que lo provocara la explosión de una garrafa como se dijo el martes.

Quienes realizaron los peritajes entienden que pudo haber sido provocado por fósforos, un encendedor o por una colilla de cigarrillo sobre un sillón que habría sido lo que primero ardió, luego el fuego se propagó a otros objetos y a la casa. El informe es esencial en la investigación que inició la fiscalía. No fue adentro de la vivienda ni hubo desperfecto eléctrico, dicen los primeros informes.

Hay vecinos que aseguran que cuando la mujer y el pastor llegaron al lugar, la propiedad estaba en llamas y que cuando sacaron a los jóvenes, se quedaron parados, mirándolos y luego empezaron a orar.  Una vecina los increpó, el resto quedó consternado, dicen.