Otro rionegrino fue estafado con un seguro

Otro rionegrino fue estafado con un seguro

Es penosamente común que los bancos, las tarjetas de crédito y otras compañías les encajen a sus clientes seguros que estos no solicitan y que, muchas veces, no advierten por lo complicado que resulta leer los resúmenes. Sin ir más lejos, eso le ocurrió a un vecino de Cipolletti, que estuvo pagando durante más un año un servicio que desconocía por completo.

Cuando se dio cuenta, realizó el reclamo y, con absoluto descaro, alguien desde la aseguradora le dijo que existía una supuesta contratación telefónica. Indignado, inició una demanda y la Justicia no sólo ordenó que lo indemnicen, sino que además le recordó a la empresa que debe conservar una grabación o registro informático de la contratación (para acreditar que esta  no es trucha). Las empresas siempre aclaran que las llamadas son grabadas, pero al parecer lo hacen para bajarle intensidad a las quejas de los clientes enojados.

En el expediente consta que el hombre advirtió en el resumen de su tarjeta de crédito que tenía débitos por seguros no contratados. Primero formuló el reclamo al Banco Itaú  y de allí lo derivaron a Visa, donde le informaron que ellos únicamente reciben instrucciones del comercio adherido, en este caso Metlife Seguros S.A., compañía que ni siquiera amagó a devolverle lo que le había sacado. Cuando la que así procede es una empresa, en la Justicia lo consideran un cobro indebido. Pero si el que se queda con dinero ajeno es un ciudadano de a pie, se lo considera estafa o robo.

En fin, la víctima fue a la Justicia y esta condenó a Metlife Seguros a devolverle el dinero con los intereses del caso y le impuso, además, el pago de una indemnización por daño moral y una multa civil. Consideró, para ello, la conducta “descalificable” de la empresa. Esta apeló el fallo de primera instancia y, ahora, el Tribunal que revisó el fallo incrementó la multa civil en casi diez veces.

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