Sobisch declaró en el juicio de la causa Fuentealba II

“Siempre la decisión fue muy clara: buscar alternativas para que se pudiera circular”, dijo el ex gobernador Jorge Sobisch al declarar, este miércoles, como testigo en el juicio de la causa a la que se conoce como Fuentealba II, y que tiene como acusados a ocho policías que llegaron al banquillo por su accionar durante el operativo en el que fue asesinado el maestro Carlos Fuentealba.

Quien conducía los destinos de la provincia de Neuquén por aquellos tiempos agregó que su directiva a la cúpula policial fue “que no se utilizara la violencia”. El maestro Fuentealba fue asesinado durante  la represión a una protesta con corte de ruta, que el gremio de los trabajadores docentes (ATEN) realizó el 4 de abril de 2007, en arroyito. Por el homicidio ya fue condenado (en un juicio anterior) el policía José Darío Poblete.

Este miércoles Sobisch volvió a desligarse de aquel operativo y evitó profundizar sobre la orden que le dio a su subordinado, el ex jefe de Policía Carlos Salazar, y apeló al “olvido”, buscando amparo en el tiempo transcurrido desde aquella terrible jornada. En la sala se vivieron momentos de tensión entre el ex gobernador y el abogado querellante Ricardo Mendaña, quien representa a la familia del maestro.

“Hay que cuidar a los que nos cuidan”, dijo Sobisch y luego saludó tanto a Zalazar como a los otro siete imputados: Benito Ariel Matus, Moisés y Adolfo Soto, Jorge Bernabé Garrido, Mario Rinzafri, Aquiles González y Julio Lincoleo.

A Matus le imputan haber disparado con una escopeta 12/70 contra una persona que se movilizaba a bordo de un auto y haber golpeado con su arma a otro manifestante, cuando éste último se dirigía con las manos en alto hacia un cordón policial. A Salazar y al resto los acusaron de haber perpetrado los delitos de abuso de autoridad y encubrimiento agravado, en algunos casos ambas figuras y en otros sólo una de ellas.