Autobuses Neuquén: penoso final de un pésimo servicio

Autobuses Neuquén: penoso final de un pésimo servicio

Los usuarios de la ex Indalo (hoy Autobuses Neuquén) volvieron a padecer, este martes, las consecuencias de un pésimo servicio que, afortunadamente, transita por sus últimos días. A esta altura, los motivos por lo que esta vez no salieron a circular sus coches son conocidos, pero un breve repaso no está de más.

Ya el lunes habían circulado menos unidades y eso hizo que no pudieran subir a todos los pasajeros, algunos de los cuales se enojaron y reaccionaron mal. Tal es así que, al decir de los choferes, la ecuación decantó en amenazas y piedrazos a las ventanillas de, al menos, un par de unidades. Entonces intervino el gremio (la UTA) y esta mañana no salieron.

Dijeron que el piso mínimo para ofrecer una prestación más o menos decorosa en una urbe tan grande es de más de 100 coches en las calles (primero habían dicho 60) y que ellos sólo contaban con 27 ¿El resto? Bien, gracias; rotos o sin condiciones de seguridad, señalaron. De ser así, una locura.

También se dijo que los empresarios habían dispuesto el traslado de las unidades más enteras -o nuevas- hacia otra u otras localidades; y se especuló con que semejante desinterés por el complimiento de los compromisos asumidos (y más aun, por sus propios usuarios) coqueteaba, incluso, con cierta manifestación de lo que bien podría interpretarse como una especie de sabotaje.

Cerca del mediodía se supo que, por pedido del municipio, la subsecretaría de Trabajo de la provincia había llamado a la conciliación obligatoria entre éste, la UTA y la patronal. Luego se conoció la aplicación de una fuerte sanción de la comuna a la ex Indalo, de la que dio cuenta el subsecretario de Transporte, Mauro Espinosa, quien -por si acaso hacía falta- recordó que la empresa tiene la obligación contractual hasta el 31 de enero. Recién al día siguiente entrarán en escena los 180 micros de Koko y Expreso Tigre Iguazú, compañías que ganaron la reciente licitación pública. Desde la Defensoría del Pueblo se había pedido (esta mañana) el adelantamiento del traspaso, pero Espinosa explicó que no es posible, simplemente porque “no es legal”, en virtud del plazo de caducidad establecido.

En fin, la ex Indalo lleva más de 20 años en la ciudad de Neuquén y la última licitación la ganó en el epílogo de la gestión del ex intendente Martín Farizano, cuando ya era cuestionada. Desde entonces recibió subsidios millonarios (como la inmensa mayoría de las transportistas del país) y brindó un servicio mayoritariamente calificado como caro y malo. Es que no sólo incurrió en incumplimientos de frecuencias y falta de higiene, sino que tampoco garantizó el correcto mantenimiento de las unidas, adversidad que las tornó peligrosas. Prueba irrefutable de ello, los accidentes que protagonizaron cuando se quedaron sin frenos. Otra locura.

La herencia fue, innegablemente, pesada. La administración municipal prometió un nuevo sistema para dejar atrás esta etapa, y los colectivos ya fueron oficialmente presentados (con sus sistemas de aire, calefacción y rampas). Se da por sobreentendido que el servicio experimentará una mejora más que notoria a partir del primero de febrero, y se sabe que la comunidad espera ansiosa que de una vez por todas se vaya esta empresa que ni siquiera amagó a mejorar después de las multas. No obstante, es de esperar que estas últimas jornadas no sean tan estresantes y que se busque (con lupa) en el contrato para aplicarle todas las sanciones posibles.

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