Bochornoso cierre de una jornada histórica

Al término de la caravana de los campeones del mundo, que se vio interrumpida antes de lo previsto por el incomprensible proceder de tres sujetos que saltaron desde un puente al micro (sin techo) de los jugadores de la selección (uno rebotó y terminó literalmente tendido en la cinta asfáltica), la jornada histórica concluyó en un bochornoso enfrentamiento entre hinchas y policías.

Hubo entre 4 y 5 millones de personas que se movilizaron por la ciudad de Buenos Aires para agradecerle pacíficamente al equipo de Messi por su logro en Qatar (y tercera estrella para el escudo). Y un reducido grupo de sujetos que ingresó al Obelisco, subió por las escaleras y ofreció violenta resistencia cuando bomberos y policía fueron a desalojarlos.

Volaron piedras y botellas. Los efectivos usaron gas pimienta y dispararon balas de goma. En unos pocos minutos se desató el caos, hubo golpes, heridos y varias detenciones, se dijo 13, pero quizás hayan sido más. También hubo destrozos y robos en comercios de la calle Corrientes.

En fin, a lo largo de la jornada hubo 795 llamados por asistencia médica (el calor fue intenso) y personas extraviadas. Al tiempo que los jugadores y el cuerpo técnico tuvieron que volver al predio de la AFA (en Ezeiza) en helicópteros, porque el micro ya no podía avanzar (la marea humana era impresionante) y porque, como se dijo, ya le habían saltado adentro desde uno de los puentes. Una locura, una lástima. Un bochorno que quizá no empaña la fiesta, pero que debería llamar a la reflexión (como tantas veces se dijo, la mayoría de ellas sin éxito alguno).