Tras la contundente victoria, viene un viejo conocido

La paciencia del primer tiempo, en el que ahorró energías; las genialidades de Messi y el juego ordenado y colectivo, explican esta nueva y contundente victoria de la Selección Argentina (2) sobre la de Australia (1), que jamás peligró; pero que necesitó de la categoría de su arquero -Dibu Martínez- quien tapó un mano a mano en la última jugada del partido (literal).

La diferencia -por cierto exigua, tacaña y mezquina- no refleja en absoluto la superioridad de la Scaloneta, que tuvo posibilidades nítidas de ampliar el marcador, tanto a través de Messi (autor del primer gol) como de Lautaro Martínez, quien entró por Julián Alvarez (autor del segundo).

Con un juego que alimenta las esperanzas, el seleccionado superó los octavos de finales y se prepara para los cuartos, instancia en la que enfrentará a Países Bajos, que -también este sábado- derrotó por 3 a 1 a EEUU.

Aunque cambió de nombre, para la patria futbolera Países Bajos sigue y seguirá siendo Holanda, un viejo conocido de nuestros seleccionados nacionales a lo largo de los mundiales. Son los sucesores de aquellos a los que el equipo del Flaco Menotti derrotó en la final de 1978; también de los que sacaron a la Argentina en Francia (1998), con cabezazo del Burrito Ortega al arquero; y de aquellos a los que los dirigidos por Sabella les ganaron la semifinal en Brasil (2014), cuando el arquero Chiquito Romero se convirtió en héroe.

El nombre Países Bajos viene de Nederland en neerlandés, que significa tierras bajas. Pero en fin, son los mismos a cuyos sucesores habrá que enfrentar, en menos de una semana, en el Mundial de Qatar.

Ahora, al sueño de Messi y los suyos (en definitiva, al de todo el país) le quedan tres finales por delante. La primera, es decir el partido de cuartos, se jugará el viernes a las 16.