Lo que pasa en realidad con el/la vice de Koopmann

22 mayo, 2022
Lo que pasa en realidad con el/la vice de Koopmann
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Los intereses profundos -económicos a corto, mediano y largo plazo- hacen que la política mediática se enfoque en circunstancias que en realidad no son importantes, ni determinantes, para entender la coyuntura. Un claro ejemplo de esto es el debate instalado en los medios acerca de la precandidatura a vicegobernador en la Lista Azul del MPN, que para algunos parece implicar algo muy gravitante y urgente.
En un mundo en el que la política se mira el ombligo, más ocupada en resolver sus propias necesidades que en corregir las malformaciones sociales, este presunto interés en el MPN y particularmente en su sector oficialista, no hace más que derramar nombres y géneros sobre la superficie mediática, que no son ni serán vinculantes con la realidad de lo que eventualmente ocurra.
El desfile de precandidatos a vicegobernador es dictado desde las oficinas oscuras y protegidas de la estrategia de los grandes tejedores de la política, y repetido y voceado por los amplificadores de tales necesidades en redes digitales y medios de prensa. Así, se enfoca en que será mujer antes que hombre, porque sí nomás, de puro enclave en la moda del género; y sobrevuelan en carteles y posteos los nombres de Gloria Sifuentes, de Ana Pechen, de Pablo Gutiérrez Colantuono, de Mage Ferraresso, y otros. A esto se le llama competencia legítima por acceder a una precandidatura, aunque también puede interpretarse como una maniobra de distracción en medio de otra guerra, más soterrada y oculta, en la que se mueven hilos más determinantes.
La realidad posible indica que al MPN no le conviene todavía difundir quién acompañará a Marcos Koopmann en la lista oficialista. Entre otras cosas, porque todavía no se sabe en qué nivel de competencia se enfrentará la Lista Azul con la Violeta de Rolando Figueroa, ni en qué contexto de agrupamiento de las fuerzas que no pertenecen al MPN se realizará esta interna abierta, allá por fines de octubre o principios de noviembre.
La realidad posible indica también que el nombre de la persona que acompañará a Koopmann surgirá de un conjunto pasado antes por el tamiz de las encuestas. Sería muy poco probable que se le ponga al lado a Koopmann a alguien que no sume más votos que los que ya recolectaría por sí mismo. Esto no está condicionado por la cuestión de género, sino por algo más elemental, menos sofisticado, que es la intención de votos que el candidato o candidata puede aportar.
Mientras los procesos se desarrollan en la naturaleza misma de las cosas, los movimientos estratégicos, los tráficos de influencias, los bolsos con dinero, se mueven en distintas direcciones, por dentro y por fuera del MPN.
Es que la política neuquina tiene muy en claro que hay dos factores que se conjugan: uno, el reconocimiento pleno de la poderosa hegemonía del MPN; otro, que esa hegemonía solo alcanza a seducir a un porcentaje de entre el 40 y el 50 por ciento del electorado, máximo. Es decir, que hay una mitad de la sociedad neuquina, al menos, que no votará al MPN, o que no tiene la intención de votar al MPN, aunque no le parezca del todo mal que este partido siga administrando la provincia, mucho más ahora, cuando está Vaca Muerta en plena expansión en un contexto de descalabro económico nacional.
Por eso el MPN trabaja en campo propio y en campo de contrarios. En un distrito sin segunda vuelta electoral, es clave dividir el voto ajeno.
Rubén Boggi

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