El millonario pacto con la izquierda que logró que no cortaran los puentes

En los momentos más tensos de la negociación con los autoconvocados de Salud, ya prontos a llegar a un principio de acuerdo para levantar los cortes de ruta, el grupo de “organizaciones sociales” que administran subsidios, merenderos y comedores en Neuquén, amenazó con bloquear los puentes que unen la capital con Cipolletti.

Una rápida llamada del gobierno, con convocatoria a reunión, desactivó esa medida. El bloqueo no se hizo, y después no se habló más nada. No trascendieron detalles de esa negociación. Hasta ahora, momento en que este medio pudo tener algunos detalles del pacto que se formalizó con esas organizaciones.

En el grupo más o menos permanente de presión al Estado para recibir dineros públicos en forma de subsidios, están el Polo Obrero (que conduce César Parra, concejal capitalino por el Frente de Izquierda), el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), EL Frente Popular Darío Santillán (FPDS), la Ctep, la CCC, Barrios de Pie, todas representaciones que funcionan en definitiva como intermediarios administradores de la cuota de subsidios que distribuye el Estado.

Algunas de ellas mantienen abiertos y en funcionamiento merenderos y comedores populares. Forman, en estos tiempos, un colectivo diverso y circunstancialmente unido, una especie de privatización política encubierta de la ayuda social que el Estado, en este caso el gobierno del MPN, ha decidido hacer en lugar de prestar ese servicio de manera directa.

Según las fuentes consultadas por este medio, lo que posibilitó que no se cortaran los puentes en aquel momento fue una pronta inyección de dinero: el gobierno pasó de aportar unos 13 millones de pesos al mes por subsidios de ayuda social, a esas organizaciones, a 17 millones mensuales. Estos montos se corresponden con los totales de subsidios que son entregados a titulares que están en los padrones de estas organizaciones. Cada subsidiado recibe alrededor de 8 mil pesos.

También, afirman, se decidió duplicar la remesa que se destina, mensualmente, a merenderos y comedores.

Con esa promesa en firme, el pacto de paz quedó sellado, según destacaron las fuentes consultadas por este medio. No se habló más de cortar puentes o rutas por parte de estas organizaciones. El aumento en las partidas de gastos (o inversión en la paz social) no se ha mencionado oficialmente, todavía.