¿Quién protege a los periodistas de una violencia que crece?

14 abril, 2021
¿Quién protege a los periodistas de una violencia que crece?
represión a la prensa
represión a la prensa

El martes se registró un hecho de gravedad inusitada. Un gremio decide, por razones que no superan un dictamen de la justicia civil, sacar del aire a tres radios. Cuando un periodista del grupo que tiene esas radios -Prima Multimedios- llega y comienza a relatar en vivo lo que está ocurriendo, la policía lo detiene, lo esposa, y le dice que no puede contar lo que está pasando.

Mientras la policía hace ese trabajo, los gremialistas, liderados por Carlos Quintriqueo, observan, en prolija fila, ese procedimiento que, a todas luces, apareció como complaciente hacia su propia posición y motivos de estar en el lugar. Faltó que aplaudieran, aunque después hayan intentado afirmar que repudiaban el accionar del comisario que le puso las esposas a Agustín Aguilar, el periodista en cuestión.

Las tres radios, Mitre, La Cien, Las Palmas, quedaron fuera del aire. Y siguen en esa condición, pues la justicia requisó los equipos, que no son del gremio ATE, sino de la empresa periodística. Un diferendo político, una cuestión "comercial" (como lo calificaron algunas entidades), así, provocó lo que se puede inscribir tranquilamente en la categoría de delito federal: no se puede sacar, mediante violencia, del aire, a una emisora. Mucho menos, a tres. Es razonable que las leyes protejan así a los medios de comunicación. Pero ¿están protegidos? ¿Quién los protege, si en el lugar del evidente delito, la policía le pone las esposas al periodista?

La violencia crece, es evidente. Rutas cortadas, manifestaciones agresivas, ataques directos a radios desde un sindicato del Estado, silencios sospechosos y cómplices. ¿Hay gente que le teme al sindicalismo estatal? ¿O simplemente prefiere esa alianza a una convivencia con el estandarte de la democracia que implica el periodismo, esté en el sector que esté, tenga la ideología que tenga, le guste o no al oficialismo de turno?

Lamentablemente, lo ocurrido en Parque Norte va más allá del metal entrelazado de una torre y la propiedad privada que le corresponda. No hay que hacerse el distraído ni mucho menos aprovechar para sacar alguna ventajita competitiva en el mercado. Lo que ha sido atacado es el ejercicio del periodismo. Y, cuando atacan a uno, atacan a todos.

Rubén Boggi

Te puede interesar
Últimas noticias