Pereyra da el paso al costado, y Rucci conduce el poderoso gremio petrolero

El pase de mando se concretó este miércoles. Hubo un encuentro amable, comida de por medio, en Rincón de los Sauces. Guillermo Pereyra había anunciado formalmente, antes, su retiro: a los 78 años, después de "dejar la vida" por el sindicato, formalizó la sucesión, sin sorpresas, para que su adjunto, Marcelo Rucci, conduzca la organización más poderosa de la Patagonia.

No es la primera vez que Pereyra anuncia su retiro de la conducción del sindicato petrolero. Lo había anunciado hace unos años, pero entonces, la interna que se desencadenó solo prometía problemas. El líder sindical, entonces, decidió declinar esa intención, que había hablado con su familia, en un contexto de problemas de salud. Y siguió. Hasta ahora. Esta vez, parece ser la definitiva, y, a la vez, la inauguración de un nuevo camino para un sindicato que ha construido más que ningún otro, y que guarda una relación de fuerzas con la industria petrolera, y con los gobiernos, de un inusual protagonismo en el delicado mundo de los equilibrios políticos del poder.

Marcelo Rucci es el hombre elegido para seguir el legado. Hace muchos años ya que participa de la conducción del sindicato. Nunca lo dejó, tampoco para ser intendente de Rincón. Su protagonismo es fuerte, tanto en lo sindical como en lo político, en el partido donde participa, el MPN.

La primera advertencia, un paro general, la hizo en las últimas horas. Rucci tiene en los genes la impronta que marcó Pereyra en el gremio. Difícilmente elija estrategias o métodos diferentes. El tiempo mostrará cuál será su propia impronta.