Dos mujeres en el foco del sainete político argentino

Carolina Píparo, diputada por Juntos por el Cambio, está siendo demonizada al máximo después que más o menos quedara claro que su marido embistió a motociclistas que lejos estaban de ser los motochorros que, aseguraron como justificativo, dijeron que eran, tras un robo sufrido por la mujer, un emblema de quienes piden más mano dura contra el delito.

Desde el otro lado del espectro ideológico, Victoria Donda, actual titular del INADI, después de haber sido diputada nacional por Libres del Sur, es acusada, también mediáticamente, por tener empleada doméstica "en negro", y ofrecer compensar esa "deficiencia" con un puestito en el Estado, tal vez en el mismo organismo que ella dirige.

Las dos mujeres sufren en carne propia lo que habitualmente se hace costumbre en Argentina: transformar la política en una carnicería personalizada. Cuando se trata de mujeres, la saña parece ser mayor, tal vez como resabio del patriarcado ciertamente vigente.

Se podrá, a medida que pasen las primeras y afiebradas horas de este 2021 que empieza muy politizado, esclarecer cuál es la responsabilidad verdadera de cada una de ellas en sus resonantes casos; pero difícilmente se recupere la cordura y la tranquilidad de un ejercicio de la política que, montado en las redes sociales, obtiene rápidamente miles o incluso millones de entusiastas propaladores, para actuar, generalmente, en contra de, con una agresividad notable.