Se firma el nuevo pacto fiscal, que acentúa el centralismo

4 diciembre, 2020
Se firma el nuevo pacto fiscal, que acentúa el centralismo
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El gobierno de Alberto Fernández firmará hoy con todos los distritos del país, menos la Ciudad de Buenos Aires, un nuevo pacto llamado de “consenso” fiscal, que está dibujado a medida de la negociación con el FMI, ya que les pone coto a los endeudamientos, y, sobre todo, quita del mecanismo de coparticipación cualquier reasignación de recursos nacionales que surja, para transformarlo en distribución discrecional, a elección del presidente.

La actividad se llevará a cabo al mediodía en el Museo de Casa Rosada, se informó oficialmente, tras aclarar que algunos mandatarios provinciales asistirán en forma presencial y otros lo harán de manera virtual.

Los gobernadores, con la apuntada excepción de Horacio Rodríguez Larreta -gobernador con otro nombre- firmarán sin mayor problema, porque se sacaron de encima la exigencia del gobierno anterior, el de Mauricio Macri, de reducir alícuotas de impuestos provinciales. En buen romance, no tendrán que bajar la carga impositiva, y aún mejor, podrán incrementarla. Esto, después de un año de caída extrema de las recaudaciones impositivas, suena a melodía armoniosa en la ávida oreja de los mandatarios provinciales.

En el caso de Neuquén, Omar Gutiérrez está relativamente cómodo en el escenario, pues no le cambia gran cosa sus proyecciones. Ha ordenado el pago de su deuda en dólares, para cargarlo en la responsabilidad de gobiernos futuros, y prevé que el estimado y gradual incremento de las regalías de los hidrocarburos será suficiente para recuperar de a poco los ingresos necesarios para el funcionamiento del Estado y la atención de los deberes de gestión. De Nación, espera fundamentalmente que se cumpla con las asignaciones para obras públicas.

Políticamente, el acto de hoy estará revestido de una gran hipocresía. Será presentado como un gran acuerdo nacional con el “enemigo” Larreta fuera. Pero no significa que todos los gobernadores estén contra Buenos Aires y su presunta avidez. Ni siquiera están de acuerdo en los términos del pacto que ellos mismos firmarán, ya que, de alguna manera, profundiza una centralización que en el año de la peste fue creciendo y consolidándose como nunca. Pero firman igual, porque se privilegia la coyuntura y la salida de la emergencia, en un país con más del 50 por ciento real de pobreza y una economía absolutamente planchada, por el piso.

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