Los vaivenes, el silencio, y una pandemia que no afloja

10 junio, 2020
Los vaivenes, el silencio, y una pandemia que no afloja
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Semana fuerte, con expropiaciones, vaivenes de pandemia, muchos contagios y una gran y fuerte incertidumbre que se afianza en el escenario. Veamos algunas anécdotas y apuntes del periodismo:

Entre los vaivenes de la pandemia, la Argentina, incluyendo en ella a Neuquén, por supuesto, debe ser el país más paradójico entre todos, porque justo cuando se empezó a aflojar, tras una larga y en general disciplinada cuarentena, fue cuando arreció la ola de contagios. Algunos dicen que por la distensión de una población ya harta de estar encerrada, otros porque cambiaron algunos métodos de diagnóstico, salieron a buscar contagiados, y, efectivamente, encontraron. La onda política sigue el mismo vaivén que la cuarentena: el gobierno de Alberto Fernández pasó de prometer no inmiscuirse en empresas privadas, a hacerlo, muy concretamente, con una, grande y con serios problemas, la cerealera Vicentín. Aquí, en Neuquén, la medida provocó el aval de los oficialistas (Oscar Parrilli, Darío Martínez); la oposición fuerte de Juntos por el Cambio (imperdible, David Schlereth, el más veloz, tuiteó que era una payasada al minuto de conocerse la noticia); y la caminata casi inexorable por el medio, del MPN… que, sin razones prácticas para pelearse con el Presidente… ¿para qué lo iba a hacer, opinando sobre una economía que no es la suya?

Dos hechos importantes de esta semana dejaron en evidencia una situación con ciertas dosis de novedad, aunque con antecedentes sobrados. Siempre hubo inquietud y malestar por situaciones externas, que merecían la atención de la administración provincial, muchas veces aplicando "correctivos" a cuanto funcionario se pasara de la raya en sus consideraciones relacionadas a cuestiones de Estado. En el inicio de esta semana, un joven funcionario provincial, técnico de grandes kilates y apellido con pesada herencia, desató su bronca por no haber sido invitado a participar de la inauguración del primer Parque Eólico en tierras neuquinas. Ni él, ni sus jefes, fueron de la partida. La sorpresa y desazón radica en que fueron ellos precisamente quienes desarrollaron el proyecto del principio al final. Para colmo de males, afirman que, junto al "ninguneo", fueron invitados a excusarse de hacer declaraciones públicas al respecto.

El segundo suceso se dio en el seno del Policlínico ADOS. Desde hacía 15 días las versiones ubicaban al nosocomio con posibles casos de contagio de CORONAVIRUS. Las versiones indican que las autoridades provinciales se involucraron en el tema hace una semana atrás. Ante la inminencia del desenlace de la confirmación del alojamiento concreto y efectivo del virus en el Policlínico, se aplicó el mismo rigor de exigencia acerca del silencio. "De acá, nadie habla nada", indicó la misteriosa voz que acalla inconveniencias.

La cuarentena y cierre del Policlínico ADOS, luego de confirmarse en principio seis casos de coronavirus, generó algunos roces entre los principales actores del sistema de salud neuquino. El admitido pluriempleo, particularmente de médicos y enfermeros, obligó a muchos a tener que definirse por uno u otro trabajo. Se supo que en el Hospital Castro Rendón no cayó nada bien que dos de sus empleados se encuentren entre los casos positivos del ADOS. No sólo por el impacto que implica en la reorganización obligada de tareas que marcó esta pandemia, sino, además, porque habría “diferencias” en el rigor con el que se aplican los protocolos, según cada institución.

El senador Alberto Weretilneck hizo reuniones vía zoom con intendentes y concejales de Juntos Somos Río Negro (JSRN). La intención es alinear la tropa ante los avances de Arabela Carreras, que, dicen, tendría la intención de ir limpiando el gabinete de “albertistas”. El gabinete ya vio el alejamiento del ministro de Hacienda, Rodrigo Domingo, y el de Desarrollo Social Nicolás Land. “La gobernadora construye su poder y se acerca a Alberto Fernández sin intermediarios”, se afirma. Eso preocupa a Weretilneck, porque se le puede achicar el margen de intervención, aunque por ahora está firme con distintas áreas estratégicas intocables, como la secretaría de Energía, la Legislatura, con el vice que es leal, y la mayoría del bloque. En este contexto, hay dos ministros que aparecen con todos los números para irse cuando se termine (si termina) la pandemia: El de Salud, el contador Fabián Zgaib, y el de Seguridad, Gastón Pérez Estevan. Ambos son cuestionados por el hecho de que el 80% de los contagios se ha dado entre policías y personal de salud.

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