Los Fernández se abrazan a un default amparado en la Pandemia

16 abril, 2020
Los Fernández se abrazan a un default amparado en la Pandemia
Fernandez conferencia larreta y cristina
Fernandez conferencia larreta y cristina

Dos cosas, este jueves: la oferta de diferimiento del pago de la deuda de 68.843 millones de dólares; y la presentación política, escenificada con la foto de un consenso federal, que armó el presidente Alberto Fernández.

La oferta a los acreedores, que es de una quita de 62 por ciento en los intereses (pagar solo el 38% de los intereses que corresponden) y diferimiento del pago total a tres años, pretende contar con el aval del FMI; y ese aval, que se verá hasta dónde da su firmeza, está a su vez determinado más por el coronavirus y la pandemia, que por la gestión diplomática argentina: en el mundo de las finanzas institucionales, hay una actitud de poner la pandemia por sobre las miserias, y poder así usar todos los recursos, especialmente en los países más pobres y endeudados, contra el COVID 19 y sus consecuencias.

No es la primera vez, el kirchnerismo originario lo hizo antes cuando decidió pagar completa la deuda que había con el FMI a principios de este siglo: la jugada apunta hacia adentro, a la resonancia política interna, y a garantizar la reconstrucción del poder político del peronismo, ahora modernizado en la capacidad bicéfala de Alberto y Cristina Fernández. La foto de presentación, con los gobernadores posando como muñequitos de una torta, no es más que la escenificación cruel de una impostura. Los une el espanto más que el amor.

En los hechos, el país entra, a plena conciencia, en un nuevo default. Es decir, un incumplimiento de sus obligaciones de pago. No puede pagar, eso es obvio y todo el mundo lo entiende. Pero no se podrá pretender poner una cucarda a las solapas del saco del Presidente, pues no es para lucir, el incumplimiento, sino, en todo caso, para acrecentar una fama ya bien ganada por Argentina: cada vez que coloca bonos, a la corta o a la larga, renegociará o impondrá un cambio a las condiciones en las que ese bono ha sido adquirido.

El contexto es el distinto. El mundo está sacudido por la pandemia. Esta ha generado un drástico freno a la actividad económica global. El consumo se ha derrumbado, el modelo de producción energizado por los hidrocarburos ha entrado en un transitorio colapso. Los cielos se han despejado y los animales pastan o depredan en territorios reconquistados. Lo que pueda suceder en Argentina, pues, será distinto. Igual, pero distinto.

De lo que no podrá librarse, el pueblo argentino, casi con seguridad profética, es del sufrimiento que demandará superar esta coyuntura que recién comienza.

Rubén Boggi

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